Todos los capítulos de Casada por venganza con el socio de mi esposo: Capítulo 31 - Capítulo 32
32 chapters
Si la tocas, te haré lo mismo
Mike soltó a Adriana y de inmediato ella comenzó a toser. Él limpió su mano contra su pantalón y luego la miró fijamente. —Toda esta mierda que te estás inventando para mí no tiene validez, mis alcances ahora son más altos de lo que imaginas. Él tomó aquel sobre y lo rompió lanzándolo al suelo. —Tú aquí no me pones condiciones, que no se te olvide quien eres… puede que te haya aborrecido en el pasado por lo simple que eras, pero ahora las cosas pueden ser diferentes y si yo quiero que seas mía te aseguro que lo vas a ser. Soy tu dueño y no caigo en tus malditos juegos. Esto es una advertencia Adriana, sigues siendo débil ante mí, no vas a poder conmigo, pero te lo puedo poner más fácil… no olvides que fuiste y seguirá siendo mi mujer.Él salió de allí completamente molesto, Adriana se dejó caer sobre una silla con sus ojos completamente cristalinos, en algo tenía razón él y es que seguía siendo más fuerte físicamente, él podría aplastarla tan fácil que eso definitivamente le asust
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¿Arrepentimiento sincero?
Austin se desconoció, nunca había sentido tanta rabia contra alguien. Soltó con fuerza a Mike y le dio una mirada cargada de advertencia y salió de allí. Frente a la oficina de Adriana él se ubicó mientras observaba como ella salía de allí y su cuello esta vez estaba cubierto. La confusión en su cabeza era tanta que no podía descifrar exactamente lo que estaba sintiendo, nunca él se había comportado de esta manera de una forma tan indecisa e impulsiva. Pensar que Mike podía hacerle daño a ella y que ella quería solucionar todo sola, lo hacía sentir impotente. Quería ir detrás de ella, quería protegerla. Había sufrido mucho, y al menos por un momento él quería sanar eso que no dañó. Él le dio una mirada más a la oficina de Mike mientras esperaba que esa advertencia hubiese sido suficiente para que comprendiera que no debía meterse con Adriana de nuevo. Entre tanto, Adriana se sentó esperando que su invitado llegara. De camino al restaurante no podía dejar de pensar lo minúscula qu
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