Ámbar. Entonces entro a la habitación de Adrián, sintiendo que me he liberado un poco de todo el miedo que le tengo a mi esposo.—¿Qué fue todo eso que escuché? —Cuando mi hermano habla me doy cuenta que estoy temblando, y que estoy pálida también.Ya no hay marcha atrás. Es mi momento.—Date un baño que vamos a salir.—¿Ah? ¿A dónde?—Voy a llevarte al hospital, como una gente normal, y luego vamos a comer helado, como una gente normal.Estoy temblando, mis manos lo hacen, pero no mi voz.Adrián me da una mirada llena de orgullo entre todo, y asiente con frenesí para irse al baño.Ya cuando ambos estamos listos, bajamos.Adrián no dice nada cuando Darwin nos ve ya que está sentado sobre el pie de la escalera.—¿A dónde van? —cuestiona desde su lugar, mirándonos.—Sí lo que te preocupa es que no vuelva, tranquilo. El otro monigote tuyo siempre estará con nosotros, y al final, también te dice todo lo que hago ¿no? —Entrecierro mis ojos hacia él y paso luego mi mano por mi
Ler mais