15. Primera experiencia
—Aisling, por Dios, di algo —insistió Alaric. La chica seguía inmóvil, sin pronunciar palabra, con la mirada fija, no en su rostro, sino en su entrepierna, que ya estaba cubierta—. Oye, mírame.Finalmente, Aisling salió de su burbuja de asombro cuando Alaric se movió hacia ella. Por reflejo, retrocedió.—¿Qué haces en mi habitación? —preguntó Alaric, manteniendo una distancia prudente para no asustarla—. ¿Viniste a decirme algo? Parecías apurada.—Ah... yo... —balbuceó, sin saber qué decir. Lo miró a los ojos; él parecía calmado, sereno, a pesar de que hacía solo un momento estaba sorprendido—. Lo siento, no sabía que estabas... bueno... desnudo.Alaric se pasó una mano por el cabello, sin saber cómo manejar la situación. Esa chiquilla, además de imprudente, parecía ajena a muchas cosas. ¿Qué debía hacer ahora? Si su intención era evitar incomodarla, todo había terminado peor de lo que imaginaba.—No pasa nada, está bien, Aisling —respondió, buscando calmar la tensión entre ambos—. No
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