63. COLOR DE ROSAS
TRINITY—¿Qué pasó? —No, no, cariño, tranquila, no es nada súper grave, creo, no sé cómo te lo vas a tomar —frunció el ceño, sus ojos se desviaban a mis labios, mi cuello y escote. Bajé la mirada y, ¡santo cielo! —Nathan, qué rayos, ¿cómo oculto esto ahora? —me toqué un poco.Me había mordisqueado y besuqueado toda, tan dominante, siempre queriendo dejar su marca como los perros con la orina. —No te toques, lo vas a empeorar… —sostuvo mi mano. —¡¿Cómo se va a empeorar esto?! —respiré hondo, bajando mi tono — ¡Son humanos, no ciegos o idiotas!Le dije entre dientes, haciendo gestos dramáticos. —Tendrás que excusarme de la reunión, la bufanda puede tapar esto, pero de la manera en que miras mis labios y el ardor que siento, me imagino que estaré peor que las Kardashian. ¿De qué te ríes? Hablo en serio. Lo golpeé en el pecho cuando el muy cabrón aguantó la risa.—Hay otra manera, nena, que te puede curar al momento, de hecho, eso iba a agregarlo en el contrato, Trinity, yo… —vi la
Leer más