Pero… Ella había dicho que ya no lo amaba, ¿cierto? Así que, ¡aunque muriera, no podía suplicarle que regresara, que lo amara de nuevo!Si su vida estaba desmoronándose, la reconstruiría.Si había perdido el control, lo recuperaría.¡Todo terminaría aquí! Se lo repetía una y otra vez en su mente:Álvaro, ¡esto tiene que acabar aquí!A altas horas de la noche, Cristóbal llevó a Gabriela de regreso a su alojamiento.Álvaro, en cambio, fue al hospital donde su abuela Carmen estaba en reposo.Inicialmente, solo pensaba pasar a verla un momento y marcharse, pero Carmen, que no podía dormir y había salido a caminar, lo encontró en el pasillo.—¿Vienes y no piensas entrar? —preguntó ella.—Abuela —la saludó Álvaro.—¿Qué sucede? —Carmen no veía a Álvaro tan abatido desde hacía mucho tiempo—. Lograste tu objetivo de divorciarte, y tu abuelo y yo ya no interferimos en tus decisiones matrimoniales. ¿Por qué no estás contento?—Estoy trabajando en varias adquisiciones al mismo tiempo y no he desc
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