—No puedo ver que tienes talento en finanzas —Leandro hojeó el documento—. He revisado, el plan de proyecto está bien estructurado, el análisis de datos es preciso, las predicciones son razonables, realmente vale la pena invertir. Es una lástima que no hagas proyectos.—Jaja —Luna emitió un sonido de desdén—. Señor Muñoz, no olvides que antes no me permitiste trabajar.Ella quería trabajar, pero él no estaba de acuerdo. Cualquier cosa que él dijera que sí, era posible, y si decía que no, era definitivamente imposible, sin derecho a contradecir, siempre había sido así. Ella solo podía quedarse en casa, día tras día, año tras año, una vida aburrida en extremo.—Dado que quieres trabajar, tengo un nuevo proyecto para que te encargues.Leandro extrajo otro documento y lo arrojó frente a Luna. Luna, con escepticismo, recogió la información delante de él y hojeó por ella.Este era un proyecto de una fundación benéfica, un poco similar a una campaña de crowdfunding, que vendía obras de arte d
Leer más