Capítulo 50
—¿Por qué? —preguntaron las otras mujeres al unísono.

—Jejeje, les cuento. Ellos dos son primos, tienen parentesco.

—¡Ahhh! —exclamaron todas, sorprendidas.

Incluso Luna, oculta en el cubículo, se quedó atónita. ¿Qué? ¿Leandro y Diego son primos? Sin embargo, cuando se encontraron, nunca se llamaron primos. Además, sus personalidades son tan diferentes que resulta difícil de imaginar.

—¿Te refieres a que la madre de señor Muñoz y la madre de señor Fernández son hermanas? —preguntó una de ellas.

—Parece que sí, aunque no estoy muy segura de los detalles. Pero este rumor es completamente cierto.

—¡No es de extrañar! ¡Las mujeres de su familia deben ser unas bellezas! Por eso salieron dos hombres tan guapos.

—Entonces, ¿quién es mayor de los dos?

—Yo trabajo en recursos humanos, así que sé. Tienen la misma edad, pero el señor Fernández es solo tres meses mayor que el señor Muñoz.

—Oh, ya veo.

Luna comprendió, entonces Leandro es un poco más joven. No es de extrañar que, por su carácter, n
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