Edmond, me muestra mucho amor con su mirada y asiente frenéticamente ante mis palabras, para posteriormente abrazarme con fuerzas, intentando llenarme de todo su amor y calidez, mientras libera sus feromonas que tan feliz y amada me hace sentir.Yo correspondo a su abrazo de inmediato, siendo intima de una manera no sexual, pero, si importante. Entonces, nos besamos nuevamente, sin esperar que nos indiquen que podemos hacerlo, ya que, el deseo de darnos amor puede más que el protocolo de la ceremonia.— Te amo, Antonella Waldorf. — dice Edmond mientras todos aplauden por nuestra felicidad.— ¿Estás listo para recibir como tu esposa a esta imperfecta mujer loba que tiene tantas ganas de ser mejor por los dos? — pregunto y él se aleja de mí un poco, para verme a los ojos directamente.— Normalmente, en los votos matrimoniales uno promete muchas cosas hermosas, pero, para ustedes eso es muy trad
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