Todos los capítulos de La alfa Antonella y sus tres alfas: Capítulo 71 - Capítulo 80
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Capítulo 71: Consolarme
Duele y mucho, no sé cómo ha logrado meterse en lo más profundo de mí este sentimiento que me hace agonizar. Mi pecho, duele tanto y yo doblo mi cuerpo sintiendo que voy a morir en cualquier momento.Angustiada, observo como Edmond libera feromonas con mucha violencia mientras sus manos están cerradas y tan apretadas que sus nudillos se encuentran blancos y las venas de sus brazos resaltan en alto relieve.— ¿Qué acabas de decir? — pregunta Edmond con voz fría y amenazante.— Edmond…— Si eres tan valiente Antonella Waldorf, repite la locura que acabas de decir. — me ordena Edmond sin girarse.— Es lo mejor.— ¿Para quién es lo mejor? ¿Acaso es para el bastardo que aún no aparece en tu vida y ya piensas en él?‘¿Por qué siempre debe pensar el mi tercer prospecto de compañero? ¿
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Capítulo 72: Estar determinada
Edmond me abraza con fuerzas impregnándome con su calidez y aroma, mientras su cuerpo se relaja ante el enojo que le causé cuando le hablé sobre romper el vínculo que me une a él como su pareja destinada.— No deberías aferrarte a mí cuando te estoy causando tantos problemas. — digo y él suspira profundo.— Antonella, aunque seas mi verdugo, no te dejaría, entiende eso, mujer, encuentra cualquier solución, menos separarnos, Antonella. — dice Edmond alejándose un poco de mí,Aún no está del todo calmado, pero, ya no es tan atemorizante como antes y ya eso es bueno, porque aunque me ha prometido que no será capaz de causarme daño, sigo temiendo cuando se enoja.— ¿Qué sucederá si soy de la raza invencible?— No creo que sea posible, querida. Aunque eres alguien invencible para mí, porque
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Capítulo 73: Hablar de sacrificios
Pasamos la noche juntos sin hablar o tener sexo, solo nos miramos hasta quedar finalmente dormidos. Estamos en paz, es la primera vez desde que nos conocemos que a pesar de tener tantos problemas y desearnos sexualmente, no nos desesperamos por tener sexo.Fuimos íntimos de una manera diferente, por eso, me siento bien, despertar en sus brazos cálidos y sus feromonas acariciando cada parte de mí.— Buen día, amor. — dice Edmond con una voz tan ronca que debo esforzarme por no gemir complacida.— Buen día, ¿Cómo has amanecido? — susurro deseando que el tiempo no pase.— Muy bien, después de todo, estás a mi lado, cariño. — dice Edmond y yo me sonrojo.— Jamás pensé que podríamos llegar a este día donde fuera posible disfrutar un tiempo de tranquilidad.— Incluso los villanos sabemos tener un día tranquil
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Capítulo 74: Ceder
Edmond me persuade de tener sexo, pero, tengo claro que no puedo ser más íntima con él o podría tener acceso a los pensamientos que no creo poder bloquear durante mucho tiempo. Así que, salgo del baño huyendo de lo que deseo y me voy a preparar el desayuno, mientras Edmond se ducha.Con ropa grande y poco reveladora, me encargo de preparar el desayuno, hasta que unos fuertes brazos rodean mi cuerpo, pegándome a un magnífico pecho que calienta todo en mí.— Huele bien, ¿Qué voy a comer? — pregunta Edmond como si no tuviera algo duro perforando mi espalda.— Edmond…— digo con la voz entrecortada y ronca.— Si llamas mi nombre así, tendré un orgasmo justo ahora y sería muy triste correrme sin estar en tu interior.— ¡Edmond! — digo escandalizada.Él me hace girar y me coloca sobre la isla de la coci
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Capítulo 75: Pedirme algo
Solo he terminado de decir la frase, cuando él ya está entrando en lo más profundo de mí, mientras gime de una forma tan genial, que no puedo evitar tener un orgasmo por todo lo que me hace experimentar en unos pocos minutos.Edmond, me muerde y succiona donde lo hace, mientras mi cuerpo escasamente se recupera de mi orgasmo. Las sensaciones son de un nivel superior que me llenan de una energía que solo quiere ser saciada teniendo sexo con este hombre.Su salvajismo lo lleva a chupar, lamer, morder e incluso arañar mi cuerpo mientras me invade. Yo solo recibo sus ataques mientras intento agarrar algo a mi alrededor, pero, no hay algo que me impida perder la cordura por este ataque.Por eso, dejo caer mi espalda en la isla que en estos momentos es mi cama, mientras Edmond hace que mi cuerpo rebote por el choque violento de nuestros cuerpos. El hombre que está en mi interior, me observa con tanto deseo mientras muerde su
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Capítulo 76: Hablar de Edmond
¿Es esto lo que quiero? No puedo imaginarme estar casada con alguien más que no sea Edmond, ya que, hemos actuado como esposos antes de serlo. Sin embargo, temo por las cosas que no se han solucionado aún.— Te quiero Edmond, pero, no puedo casarme contigo. Te aseguro que no estaré con alguien más y que no pienso en ser la esposa de otro hombre que no seas tú.— Entonces, ¿Por qué te niegas a ser mi esposa? Me lo dijiste antes, te gusta que te llamen por mi apellido, así que, ¿Por qué no lo hacemos oficial? — pregunta Edmond molesto.— No acepto porque primero necesitamos saber lo que sucede conmigo.— Te lo dije antes, aunque seas el mismo demonio no voy a dejarte ir, — dice Edmond.Sonrío, porque sé que habla en serio, pero, con tantas dudas por resolver, no puedo simplemente quedarme a su lado como si todo fuera perfecto cuando no
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Capítulo 77: Prepararme para salir
No puedo evitar sentirme triste por tener un hombre que escasamente está en casa, por lo que, miro a mi alrededor, comprendiendo que un lugar tan inmenso estará completamente vacío porque el hombre que me proporciona todo lo que tengo, debe trabajar.— Ahora estará más ocupado por mi culpa. Tiene tantas cosas que hacer y yo solo puedo quedarme encerrada respirando. — me quejo.— Si no desea estar sola, puede ayudarse un poco. — dice una de las chicas sonriendo con timidez.— ¿Ayudarme? ¿A qué te refieres? — pregunto tomando un poco de gaseosa.— Aunque un hombre tenga muchas cosas que hacer, no dejaría su hogar solo si su esposa está embarazada. — dice la mujer y yo escupo en el rostro de su amiga la gaseosa que acabo de tomar.La vergüenza me invade y yo entro en pánico tomando un poco de servilletas para limpiar el rostro de la
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Capítulo 78: Petición sorprendente
Disfruto viendo la mujer que soy. Aunque no soy la mejor versión que puedo ser y tengo muchas cosas de las que hacerme cargo, me alegra estar en un entorno donde puedo crecer y sanar.— Te ves hermosa. — dice Carolina.— El vestido es hermoso.— No, Antonella. Eres hermosa, el vestido solo resaltó la belleza que ya tienes. — dice Carolina y yo sonrío.— Las chicas también hicieron un buen trabajo. — digo mirando a las chicas que sonríen con timidez.Lentamente, me muevo para observar cada detalle que me hace ver muy hermosa, entonces, me imagino a Edmond sonriendo por verme así de hermosa.— ¿Dónde está Edmond? Quiero que me vea. — digo sin sentir vergüenza alguna.— Oh, el amor está en el aire. — dice Carolina.— En serio, ¿Dónde está?— Creo que tenía que hac
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Capítulo 79: Una sorpresa
En momentos como este me gustaría tener la seguridad que él posee. Porque no hay una sola cosa de Edmond que me haga pensar que está dudando de lo que me está pidiendo, aunque es evidente que lo que me pide es algo irreversible e importante.— Edmond…— Antes que me digas si realmente estoy seguro de ello, déjame decirte porque quiero que me marques porque eres tú la mujer que quiero en mi vida. Durante mucho tiempo estuve esperándote y ahora que te tengo conmigo, confirmo que quiero ser únicamente tuyo.>> Posiblemente tú no quieras ser marcada por mí, porque todavía dudas de tus sentimientos y todo lo que tienes a tu alrededor, pero yo no estoy experimentando ello. Desde que llegaste a mi vida, solamente pienso en ti como mi única mujer y me alegra tener el lazo del destino tan conectado a ti que sería imposible para mí romperlo.Mi coraz&o
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Capítulo 80: Sorprenderme
Sé perfectamente lo que siento por él y hasta donde hemos llegado. Por lo que, ya no puedo simplemente disfrazar mi cercanía con Edmond diciendo que me aferro a él para ser protegida. Porque aunque aún necesito protección, no me resulta indispensable para mí quedarme con él, para nada más por eso. La necesidad quedó en el olvido y mi sentimiento de agradecimiento trascendió a sentir amor.Sin embargo, aunque lo quiero inmensamente y ya no puedo imaginarme una vida donde él no se encuentra, tengo miedo que todas las dudas que no hemos resuelto causen problemas en el futuro al punto en el que él se arrepienta de tenerme a su lado.— ¿Estás seguro que esto es lo que quieres, Edmond?— Por supuesto que estoy seguro. En mi vida solamente he dudado por dos cosas: la primera, si realmente te encontraría y la segunda, como tratarte para no hac
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