¿Es esto lo que quiero? No puedo imaginarme estar casada con alguien más que no sea Edmond, ya que, hemos actuado como esposos antes de serlo. Sin embargo, temo por las cosas que no se han solucionado aún.
— Te quiero Edmond, pero, no puedo casarme contigo. Te aseguro que no estaré con alguien más y que no pienso en ser la esposa de otro hombre que no seas tú.— Entonces, ¿Por qué te niegas a ser mi esposa? Me lo dijiste antes, te gusta que te llamen por mi apellido, así que, ¿Por qué no lo hacemos oficial? — pregunta Edmond molesto.— No acepto porque primero necesitamos saber lo que sucede conmigo.— Te lo dije antes, aunque seas el mismo demonio no voy a dejarte ir, — dice Edmond.Sonrío, porque sé que habla en serio, pero, con tantas dudas por resolver, no puedo simplemente quedarme a su lado como si todo fuera perfecto cuando noNo puedo evitar sentirme triste por tener un hombre que escasamente está en casa, por lo que, miro a mi alrededor, comprendiendo que un lugar tan inmenso estará completamente vacío porque el hombre que me proporciona todo lo que tengo, debe trabajar.— Ahora estará más ocupado por mi culpa. Tiene tantas cosas que hacer y yo solo puedo quedarme encerrada respirando. — me quejo.— Si no desea estar sola, puede ayudarse un poco. — dice una de las chicas sonriendo con timidez.— ¿Ayudarme? ¿A qué te refieres? — pregunto tomando un poco de gaseosa.— Aunque un hombre tenga muchas cosas que hacer, no dejaría su hogar solo si su esposa está embarazada. — dice la mujer y yo escupo en el rostro de su amiga la gaseosa que acabo de tomar.La vergüenza me invade y yo entro en pánico tomando un poco de servilletas para limpiar el rostro de la
Disfruto viendo la mujer que soy. Aunque no soy la mejor versión que puedo ser y tengo muchas cosas de las que hacerme cargo, me alegra estar en un entorno donde puedo crecer y sanar.— Te ves hermosa. — dice Carolina.— El vestido es hermoso.— No, Antonella. Eres hermosa, el vestido solo resaltó la belleza que ya tienes. — dice Carolina y yo sonrío.— Las chicas también hicieron un buen trabajo. — digo mirando a las chicas que sonríen con timidez.Lentamente, me muevo para observar cada detalle que me hace ver muy hermosa, entonces, me imagino a Edmond sonriendo por verme así de hermosa.— ¿Dónde está Edmond? Quiero que me vea. — digo sin sentir vergüenza alguna.— Oh, el amor está en el aire. — dice Carolina.— En serio, ¿Dónde está?— Creo que tenía que hac
En momentos como este me gustaría tener la seguridad que él posee. Porque no hay una sola cosa de Edmond que me haga pensar que está dudando de lo que me está pidiendo, aunque es evidente que lo que me pide es algo irreversible e importante.— Edmond…— Antes que me digas si realmente estoy seguro de ello, déjame decirte porque quiero que me marques porque eres tú la mujer que quiero en mi vida. Durante mucho tiempo estuve esperándote y ahora que te tengo conmigo, confirmo que quiero ser únicamente tuyo.>> Posiblemente tú no quieras ser marcada por mí, porque todavía dudas de tus sentimientos y todo lo que tienes a tu alrededor, pero yo no estoy experimentando ello. Desde que llegaste a mi vida, solamente pienso en ti como mi única mujer y me alegra tener el lazo del destino tan conectado a ti que sería imposible para mí romperlo.Mi coraz&o
Sé perfectamente lo que siento por él y hasta donde hemos llegado. Por lo que, ya no puedo simplemente disfrazar mi cercanía con Edmond diciendo que me aferro a él para ser protegida.Porque aunque aún necesito protección, no me resulta indispensable para mí quedarme con él, para nada más por eso. La necesidad quedó en el olvido y mi sentimiento de agradecimiento trascendió a sentir amor.Sin embargo, aunque lo quiero inmensamente y ya no puedo imaginarme una vida donde él no se encuentra, tengo miedo que todas las dudas que no hemos resuelto causen problemas en el futuro al punto en el que él se arrepienta de tenerme a su lado.— ¿Estás seguro que esto es lo que quieres, Edmond?— Por supuesto que estoy seguro. En mi vida solamente he dudado por dos cosas: la primera, si realmente te encontraría y la segunda, como tratarte para no hac
De inmediato cubro mi boca ante la sorpresa que estoy experimentando, porque ni siquiera en mi sueño más loco pensé que podría tener esto en algún momento de mi vida. Por eso, abrazo rápidamente a Edmond y le agradezco por todo lo que él y su manada han hecho por mí.— ¡Gracias! ¡Muchas gracias por todo! ¡Gracias a ti y a tu manada es que en estos momentos puedo observar estas cosas maravillosas! — digo inmensamente feliz.— Un momento querida, no es mi manada, es nuestra manada. — dice Edmond, alejándome un poco para que lo observe a los ojos.— Oh, es verdad. Lo siento, es que todo parece tan irreal que no siento que merezco algo tan grande.Edmond no me regaña por haberme menospreciado, sino que con delicadeza me da un beso sobre mi frente.— A partir de ahora, cada muestra de amor ayudará a que tus inseguridades que tienes en
El hombre lobo que va a oficiar la boda aparece y nos saluda con mucho respeto para comenzar la ceremonia. Sin embargo, aunque quiero concentrarme en lo que él me está diciendo, no puedo evitar sentir preocupación porque comienza a percibir levemente el aroma del rey alfa árabe.Por fortuna, no pierdo rápidamente el hilo de la ceremonia, porque Edmond parece percibir cuando algo me está sucediendo y por ello, toca mi mano con leve fuerza para poder regresarme a mi realidad.— ¿Está todo bien contigo? Estás liberando muchas feromonas.— Lo siento, eso es lo que estoy nerviosa por lo que estamos experimentando.— ¿Te estás arrepintiendo de este matrimonio?— No. Por mucho que tenga miedo, no sería capaz de negar todo lo que siento por ti. En realidad, estoy nerviosa porque no te he comentado algo importante y temo que eso pueda enojarte tanto al punto en
Se supone que debo ser una mujer recatada y reservada, para así poder dar una buena impresión ante todo los hombres lobo de la manada Diamante Creciente. Pero lo que siento en estos momentos es más fuerte que los pensamientos que me dicen que debo estar calmada.Por eso, no me cohíbo y dejo que el beso continúe hasta que finalmente los dos nos quedamos sin aliento y yo me aparto un poco para no sucumbir al deseo sexual que ha comenzado a crecer en mí, incluso ahora que estamos en una capilla.— Antonella Waldorf, si no quieres que pierda el control, lo mejor es que no me beses con tanto salvajismo hasta que estemos en el castillo. — dice Edmond.— Eso fue intenso incluso para mí. — se burla Carolina y yo me avergüenzo un poco por ver que todos continúa con la máscara antigases sobre sus rostros.— Lo siento, me dejé llevar. — digo y todos los hombres lob
Edmond, me muestra mucho amor con su mirada y asiente frenéticamente ante mis palabras, para posteriormente abrazarme con fuerzas, intentando llenarme de todo su amor y calidez, mientras libera sus feromonas que tan feliz y amada me hace sentir.Yo correspondo a su abrazo de inmediato, siendo intima de una manera no sexual, pero, si importante. Entonces, nos besamos nuevamente, sin esperar que nos indiquen que podemos hacerlo, ya que, el deseo de darnos amor puede más que el protocolo de la ceremonia.— Te amo, Antonella Waldorf. — dice Edmond mientras todos aplauden por nuestra felicidad.— ¿Estás listo para recibir como tu esposa a esta imperfecta mujer loba que tiene tantas ganas de ser mejor por los dos? — pregunto y él se aleja de mí un poco, para verme a los ojos directamente.— Normalmente, en los votos matrimoniales uno promete muchas cosas hermosas, pero, para ustedes eso es muy trad