De inmediato cubro mi boca ante la sorpresa que estoy experimentando, porque ni siquiera en mi sueño más loco pensé que podría tener esto en algún momento de mi vida. Por eso, abrazo rápidamente a Edmond y le agradezco por todo lo que él y su manada han hecho por mí.
— ¡Gracias! ¡Muchas gracias por todo! ¡Gracias a ti y a tu manada es que en estos momentos puedo observar estas cosas maravillosas! — digo inmensamente feliz.— Un momento querida, no es mi manada, es nuestra manada. — dice Edmond, alejándome un poco para que lo observe a los ojos.— Oh, es verdad. Lo siento, es que todo parece tan irreal que no siento que merezco algo tan grande.Edmond no me regaña por haberme menospreciado, sino que con delicadeza me da un beso sobre mi frente.— A partir de ahora, cada muestra de amor ayudará a que tus inseguridades que tienes enEl hombre lobo que va a oficiar la boda aparece y nos saluda con mucho respeto para comenzar la ceremonia. Sin embargo, aunque quiero concentrarme en lo que él me está diciendo, no puedo evitar sentir preocupación porque comienza a percibir levemente el aroma del rey alfa árabe.Por fortuna, no pierdo rápidamente el hilo de la ceremonia, porque Edmond parece percibir cuando algo me está sucediendo y por ello, toca mi mano con leve fuerza para poder regresarme a mi realidad.— ¿Está todo bien contigo? Estás liberando muchas feromonas.— Lo siento, eso es lo que estoy nerviosa por lo que estamos experimentando.— ¿Te estás arrepintiendo de este matrimonio?— No. Por mucho que tenga miedo, no sería capaz de negar todo lo que siento por ti. En realidad, estoy nerviosa porque no te he comentado algo importante y temo que eso pueda enojarte tanto al punto en
Se supone que debo ser una mujer recatada y reservada, para así poder dar una buena impresión ante todo los hombres lobo de la manada Diamante Creciente. Pero lo que siento en estos momentos es más fuerte que los pensamientos que me dicen que debo estar calmada.Por eso, no me cohíbo y dejo que el beso continúe hasta que finalmente los dos nos quedamos sin aliento y yo me aparto un poco para no sucumbir al deseo sexual que ha comenzado a crecer en mí, incluso ahora que estamos en una capilla.— Antonella Waldorf, si no quieres que pierda el control, lo mejor es que no me beses con tanto salvajismo hasta que estemos en el castillo. — dice Edmond.— Eso fue intenso incluso para mí. — se burla Carolina y yo me avergüenzo un poco por ver que todos continúa con la máscara antigases sobre sus rostros.— Lo siento, me dejé llevar. — digo y todos los hombres lob
Edmond, me muestra mucho amor con su mirada y asiente frenéticamente ante mis palabras, para posteriormente abrazarme con fuerzas, intentando llenarme de todo su amor y calidez, mientras libera sus feromonas que tan feliz y amada me hace sentir.Yo correspondo a su abrazo de inmediato, siendo intima de una manera no sexual, pero, si importante. Entonces, nos besamos nuevamente, sin esperar que nos indiquen que podemos hacerlo, ya que, el deseo de darnos amor puede más que el protocolo de la ceremonia.— Te amo, Antonella Waldorf. — dice Edmond mientras todos aplauden por nuestra felicidad.— ¿Estás listo para recibir como tu esposa a esta imperfecta mujer loba que tiene tantas ganas de ser mejor por los dos? — pregunto y él se aleja de mí un poco, para verme a los ojos directamente.— Normalmente, en los votos matrimoniales uno promete muchas cosas hermosas, pero, para ustedes eso es muy trad
Antes de que esto sucediera, lo que yo más había deseado era escaparme de todo el sufrimiento que había estado experimentando en la manada Luna Plateada. Pero, ahora que tengo al prospecto del tercer compañero, en el mismo lugar en el que se encuentra Edmond, lo que más he deseado en mi vida es desaparecer en estos momentos.Edmond me está preguntando, pero ni siquiera espera que yo le responda cuando comienza a liberar esas feromonas violentas que hacen que todos retrocedan con temor y no se atrevan a ayudarme por mucho que lo necesite.— Edmond…— ¿Lo sabías? — pregunta él y yo siento como mi corazón late frenéticamente por más de una razón.— No soy de los hombres lobos que es entromete en la relación de otros, ni mucho menos, me invito solo a lugares donde evidentemente no quieren mi presencia. Pero, pienso que mi atrevimiento puede
De inmediato, cierro mis ojos preparándome para lo peor y es justamente lo que se escucha porque el lugar cruje ante un impacto grande, causando que valientemente abra mis ojos para encontrarme a dos hombres lobos atacándose sin importar que mientras pelean, golpean todo a su alrededor, causando fisuras en el lugar.Nadie es tan tonto para meterse en la pelea de dos reyes alfas, pero yo no puedo simplemente quedarme de brazos cruzados observando como ellos se golpean entre sí, debido a mis errores.‘Si no fueras una mujer lobo defectuosa, no tuviera varios compañeros a la vez y te habrías evitado este problema.’ Me digo mentalmente.Aunque mi cuerpo duele, no me lastimo más al levantarme y esta vez caminar hacia los dos hombres lobos, sin importarme que esa sea mi sentencia de muerte.— ¡Antonella, no lo hagas! — grita Carolina desde algún lado del salón, pero yo no pienso queda
Narra EdmondEl enojo que tanto me había esforzado en que no tomara el control de mi cuerpo, en estos momentos se ha apoderado completamente de mí, al punto en el que solo cuando veo a Antonella desplomarse en los brazos de ese bastardo es que reacciono.Angustiado, miro a mi alrededor y me doy cuenta que mi aura incluso podría tóxica para mí, debido a lo espeso que son las feromonas y otras sustancias que se formaron para atacar violentamente a mi enemigo.Pero, justamente eso es lo que menos me importa al ver cómo el cuerpo de Antonella se está tornando frío y de su boca sale sangre. Por lo que, no lo dudó un solo segundo más y le arrebato a Abbas la única mujer valiosa para mí.— ¡Esto no puede estar pasando! — digo corriendo con ella hacia una de las habitaciones.— ¡Espera un momento, Edmond!— Aléjate de mí, bastard
El tiempo pasa muy lento para mí y por ello vuelvo a percibir las feromonas de Abbas mientras él golpea con fuerza en la puerta que amenaza con perder su lucha contra el rey alfa de la manada árabe.— ¡Abre la puerta en estos momentos, Edmond! Porque con o sin tu permiso, yo voy a ver cómo se encuentra mi compañera destinada. — dice Abbas jugando con mi paciencia.— Vete ahora mismo, si no quieres que realmente acabe con tu vida.— Parece que no te has dado cuenta, pero estamos en igualdad de condiciones respecto a fuerza y poder. Así que, evita un enfrentamiento innecesario y permite que yo esté presente en la sanación de mi compañera destinada.— Si lo que quieres es que nos vayamos a guerra, que así sea, Abbas. Yo soy un hombre lobo muy experto en sobrevivir a enfrentamientos que seguramente tú ni siquiera imaginas.Sin intención de abri
Lo que acaba de suceder golpea fuertemente mi orgullo, como su esposo y pareja destinada. Pero lo peor de todo es que no puede impedir que Abbas la ayude, porque él hizo mucho más de lo que yo realicé para ayudar a mi mujer.‘¿Cómo puedes ser tan tonto, Edmond? Sabes perfectamente que tienes una desventaja con Antonella, por ella poder vincularse a otros hombres lobos y vas a dejarle el camino libre a este bastardo, ¿Eres tonto o te haces?’ Me regañó mentalmente.En mi vida he hecho muchas cosas desagradables con el fin de poder ser más fuerte, pero nada de eso se compara al malestar que siento en estos momentos al ver cómo otro hombre se acerca a mi mujer para ayudarla cuando yo pude haberlo hecho incluso mejor, pero, mi incompetencia me impidió hacerlo.— ¿Realmente esta es una medicina para que ella se sienta mejor?— ¿Crees que me atreverí