****Elena****La puerta seguía cerrada, y la paciencia que nunca había tenido, se me estaba agotando. El aire húmedo se colaba bajo mi chaqueta, pero lo ignoré. Era lo de menos. Lo que no podía ignorar era la imagen de Cristhian ahí dentro, con ella. Sabía que estaba con alguien, lo sentía en mis huesos, y si no abría esa m*****a puerta de una vez, la iba a tirar yo misma.Golpeé otra vez, más fuerte esta vez.—¡Cristhian! ¡Abre esta m*****a puerta!El viento se burlaba de mí, me hacía sentir estúpida por estar allí parada, golpeando como una loca, pero no me importaba. Yo no era la loca. Él era el idiota.Finalmente, la puerta se abrió. Y claro, tenía que ser ella. Rubí, con esa cara de “estoy por encima de todo” que me hervía la sangre. ¿Qué m****a se creía? Ni siquiera intentó esconderlo, solo se quedó allí, en el marco de la puerta, sonriendo. Sonriendo.—¿Elena? —dijo con una voz que me dieron ganas de arrancarle de la garganta. Me sonreía como si no fuera la razón de que todo en
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