Fue un día de otoño, cuando la noticia de que el clan irlandés había desaparecido llego a las tierras del tigre blanco, fue un día de otoño, que Dalia al fin pudo dejar de pensar, sin la necesidad de tener a Shen dentro de ella, fue un día de otoño, cuando los empleados fueron por Shen a la casa grande, para informar que la señora Zhao había comenzado con trabajo de parto.— Mi glorioso sol, mi estrella única y cálida, tú puedes con todo mi amor, sé que esto acabara pronto, solo debes soportar un poco más.Dalia no respondió, solo apretó la mano de Shen, mientras Lizbeth limpiaba su frente perlada en sudor, para la familia Zhao el ir a una clínica u hospital era una posibilidad, pero Dalia queria rendir tributo a los dioses que cuidaban las tierras del tigre, demostrando quizás con una prueba de fe que en ellos confiaba y a ellos se encomendaba, fue así, que con ayuda del doctor de la familia, que los primogénitos de la garra derecha nacieron, en la misma habitación donde habían sido
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