Nala El miedo se ha ido y, a pesar de que al principio estaba muy impresionada por los gruñidos y aullidos de los lobos y el impactante sonido de sus cuerpos al chocar el uno contra el otro, tuve que empezar a concentrarme en lo que estaba pasando y en la utilización de mis poderes, sobre todo, ahora que Arcas se encuentra al parecer inconsciente en el aire y proyectado hacia el hombre sin olor. El claro arde en llamas, las chispas se expanden por todo el lugar y la intensidad del calor aumenta. No logro verlos a todos y comprendo muy poco lo que sucede con mis poderes, pero al menos logro defenderme de la odiosa de Amara, a la que si no tuviese ningún escrúpulo, mataría sin piedad. Pero es mi madre y yo no soy una asesina. He logrado penetrar la barrera protectora del hombre sin olor y continúo atacándolo, pero, al parecer, no logro avanzar, porque Arcas sigue siendo proyectado haci
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