— ¿Qué está pasando? — Nala se vuelve en sí misma observando como los centinelas deshacen sus pasos. Caminan con tranquilidad y una mirada de ansiedad, como si fuesen pequeños perrunos en busca de la aprobación de su amo.
¡Maldición!
“No te resistas, alfa Ónix, tú nos perteneces.” "Todos los animales de este bosque nos pertenecen” “No puedes destruir el equilibrio”
Mis pensamientos se entremezclan, tengo la necesidad de ir por ella, encontrarla, mi lobo aúlla en mi interior desesperado, soy de ella, le pertenezco.
NalaAbro los ojos y me llevo las manos a la cabeza, sintiéndome un poco desorientada. Mi cuerpo no responde de la forma en la que debería hacerlo y tengo la impresión de haber perdido mucho tiempo y demasiada información.Mi cuerpo se encuentra extendido sobre el blanco frío, mientras gélidos copos de nieve caen sobre mis labios sedientos.Los inmensos árboles a mi alrededor crean un ambiente sombrío y fúnebre, rodeado de cortezas y raíces, esparcidas por todo el pequeño claro.Escucho un quejido a mi lado y la furia enciende mi corazón, cierro los ojos y el recuerdo de una hermosa mujer arrullándome y enseguida deseando mi muerte se apodera de mi mente.— Nala, ¿estás bien? — Sonrío al escuchar la voz de mi lobo preferido, el hombre que en tan poco tiempo se ha adueñado de mi corazón y de mi vida y sin el que nunca más podré estar completa.
— ¡Dios! — Grito y Ónix me toma de los hombros mientras sus hombres se acercan a Amara. — ¿Qué me estás haciendo? — le grito a la infame mujer y ella cierra los ojos en el acto.— Nala — Ónix intenta detenerme cuando me vuelvo hacia ella.— Voy a matarla — Levanto la mano y empujo con fuerza y sin tan solo tocarla, el cuerpo de Amara es lanzado contra el suelo.A pesar del dolor, que ahora ha disminuido, camino hacia ella y la ataco de nuevo, una y otra vez, mientras observo su cuerpo girar y girar, golpeándose contra el suelo.La niebla sale de ella y en segundos me rodea. Grito sin poder contener mi ira y mi cuerpo se ilumina esparciendo la niebla a mi alrededor.“Nala, has caído en su trampa" "Ahora el hombre sin olor sabe que estamos aquí” Al escuchar a Ónix invadiendo mi mente y ser consciente de lo que acaba de suceder, me detengo en e
NalaSi no amara tanto al cabezota de mi lobo y no nos encontráramos en este problema tan complicado, estaría meditando sobre las diferentes maneras de torturar al alfa de una manada, sin dejar rastros. Pero en lugar de eso, me encuentro escondida detrás de la puerta de la casa de mi madre, donde en este momento están Alondra y Arcas.No he podido dejar de pensar en el último comentario que Ónix le dedicó a mi madre antes de partir. Él hablaba de una hija, o al menos eso creí entender, pero se supone solo estoy yo.Mi madre solo tuvo una única hija y esa soy yo, y aunque no cuento con mucha información sobre la imponente hechicera Amara Mantegna, nunca escuché a mi padre hablar de otra hija o de sus anteriores relaciones sentimentales antes de casarse con él y Christos, el despiadado inmortal no me dijo nada que me lo hiciera pensar, aunque tuvo un comportamiento sospechoso al conocer a Alondra.Avanzo con cautela sintiendo un enorme peso sobre mis hombros, las personas que amo y las
El hombre sin esencia se repliega y levanta sus manos y empieza a susurrar palabras ininteligibles. Con todas mis fuerzas intento reaccionar y ayudar a Ónix, quien está siendo atacado por Amara, que ha logrado recuperarse, o apoyar a Alondra que rodeaba al hombre sin esencia.“Padre, tienes que sacar a Alondra de este lugar”Me vuelvo a mirar a Arcas mientras escucho lo que le dice a Ónix y no logro entender por qué puedo escucharlo todo.“Él y yo somos uno solo, madre, y tú nos acunas en tu interior.”Comprendo de inmediato a lo que se refiere y busco a acercarme a ellos. Los lobos que me acompañan intentan atacar de manera frontal al hombre sin esencia y son enviados con extremada violencia hacia la chimenea, rompiendo con todo a su paso.— ¡Salgan de aquí! — El grito de Alondra se escucha sobre todo el ruido del lugar mientras todos sentimos cómo el suelo se vuelve inestable a nuestros pies y observábamos impresionados la forma en la que algunas gruesas raíces empiezan a surgir des
Llena de impotencia, observo cómo las inmensas raíces se tragan por completo la casa, ahogando el fuego y dejando solo el humo como testigo de su paso.De inmediato escuchamos un estruendo impactante, como si la tierra estuviese furiosa y gritara perdiendo el control y sin dar crédito a lo que sucede a nuestro alrededor, todos nos quedamos de pie, paralizados, observando como un inmenso tronco de un igualmente inmenso árbol crece frente a nosotros y en medio de las ruinas de la casa.— ¿Qué diablos? — La voz de uno de los centinelas, expresa el asombro que todos estamos sintiendo en este momento. ¿Qué diablos ha pasado?
Me pongo de pie y me acerco a donde él se encuentra acompañado por Ónix. Arcas me observa con una mirada desafiante, se ha alejado de mí, lo siento en mi alma.La pena me invade y me siento sola, agota, impotente y molesta con esta estúpida guerra que no le ha permitido a un maravilloso adolescente vivir y disfrutar de su vida como un joven normal, en su tiempo y con su familia y amigos.— Arcas, hijo. Siento lo que ha pasado con Alondra — La voz grave de Ónix me permite reconocer que él también se encuentra afectado, ha perdido a su mejor amiga sin obtener nada a cambio y ahora deberá decírselo a Luciano, su amigo del alma.— No lo sientes, nunca la valoraste. Ella siempre dio más por ti, de lo que tú fuiste capaz de dar por ella — Arcas se aleja de Ónix que lo ha liberado de su fuerte agarre — No le hablaste ni una sola vez durante cinco años, como si ella tuviese que ser castigada por lo que sea que te haya sucedido c
Siento el agua caer sobre mi maltrecho cuerpo, me duele todo, no soy un lobo, no puedo auto curarme y seguir mi camino como si nada hubiese pasado y, a pesar de que he logrado obtener algunas de las habilidades de Ónix, la curación todavía no hace parte de ellas.Mis lágrimas se confunden con las gotas de agua que caen como si fuesen una pequeña cascada y no logro controlarme, mis emociones y mi cuerpo se encuentran al límite.Estoy tan cansada, tan agotada, que no logro pensar con claridad. No alcanzo a comprender todo lo que ha sucedido en las últimas horas: el odio y la ambición de Amara, el control que ejerce sobre todos nosotros, el hombre sin esencia, la adolescencia de mi hijo destruida, los hombres y mujeres que han muerto sin sentido, Draco, Belatrix.
— No me hables como si fuese una imbécil, ¡he dicho que me folles, maldita sea! — Grito y la intensidad del agua aumenta y la gruesa vidriera de la ducha explota, dejándome inmóvil por la impresión.— ¡Nala! — Vuelve a advertirme.Todo se calma a nuestro alrededor y el agua empieza a salir con normalidad de la ducha y con toda la furia que siento, me pego contra el cuerpo de Ónix.— ¡Ahora! — grito y alcanzo a observar el reflejo de las llamas en sus ojos, está enojado y e intentando conservar la calma, pero sabe que no podrá controlarme.— Cómo quieras, mi Luna — Sus manos me toman del culo y me levantan con un solo movimiento.Enredo mis piernas contra sus caderas en el mismo momento en el que él me gira y empuja mi cuerpo con un exceso de brusquedad