Cap. 37 Las memorias de Sienna
De regreso a su empresa, Sienna iba muy callada, concentrada en sus pensamientos, definitivamente Román Molina la tenía impresionada; alto, rubio con unos extraordinarios ojos verdes que parecían grama fresca; su porte elegante, sus maneras, todo en él era atractivo, pero le resultaba muy improbable que fuera sincero por lo tanto se negaba rotundamente a creer ni siquiera una pequeña parte de todo lo que le decía.El abogado Molina era encantador y con solo recordar su sonrisa ella también lo hacía, no obstante, su mente viajó hasta esa época cuando su día a día era recibir humillaciones, estaba marcada y por eso no confiaba:Se encontraba, una vez más, en el último cubículo del baño de su colegio escondida y llorando; deseando llamar a su padre que la adoraba, pero seguramente solo aparecería su madre y para ella era una preocupación vergon
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