61. SEBASTIAN COQUETO
Nunca me había sentido tan vulnerable ante alguien. La fuerza abrumadora de Sebastián y la imposibilidad de moverme me dejaban completamente a su merced. Y sin embargo, a pesar de mi resistencia, mi cuerpo me traiciona. El placer en sus ojos al verme indefensa es suficiente para encender mi deseo, aunque lo odie. Me mantiene al borde, jugando con lo que mi sexo anhela, torturándome con la deliciosa promesa de más. Se está divitiendo. Pero en algún momento encontraré la manera de desquitarme. De eso, no tengo duda.Jamás pensé que podría disfrutar este papel de debilidad, pero él lo hace sentir tan seguro, tan tentador, que al final me pierdo en su fantasía. Termino pidiéndole más, entregándome de maneras que me asustan. Cuando todo acaba, estamos exhaustos, uno junto al otro, y aunque por primera vez me llama su mujer y deja claro que me quiere a su lado, algo dentro de mí se resiste. No puedo decirle que sí a todo. No quiero.Sebastián es fuerte, acostumbrado a tener el control, a qu
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