Había llegado el día de la fiesta y con tanto estrés posterior, mientras se probaba el vestido, peinado, los zapatos y accesorios, Laura sentía un fuerte dolor de estómago. Esa mañana solo tomó té de manzanilla y al mirarse al espejo se veía terrible, pues incluso tenía bolsas de ojeras en su rostro, cosa que casi nunca experimentó y no sabía cómo lidiar con ellas.—Nana, comida. Comida…Gema esa mañana se había despertado con hambre, así que, repitiendo bostezos y con sus ojos realmente cansados, se presentó en la cocina. Los bostezos eran constantes y el ánimo que la caracterizaba había desaparecido. Esto de inmediato, Sara pudo notarlo.—¿Continúa su dolor de estómago?—Sí. Anoche ha aumentado y no me ha dejado descansar para nada. Tengo suerte de que Gabriel se durmiera cansado y no se haya percatado.—Cuando terminen de desayunar, te voy a preparar una infusión y unas almohadillas de hielo para que las coloques sobre las bolsas que traen tus ojos. Es recomendable que intente desc
Leer más