17. Un Día De Paseo
Ya habían pasado veinte días desde que llegué a Australia, y aunque es poco tiempo, el lugar comenzaba a gustarme. La gente me había tratado bien, y había hecho nuevos amigos y compañeros de trabajo. Eso era un alivio, ya que, de no haber socializado, me sentiría tan sola como un perro. Nat, por su parte, era un ser humano verdaderamente cariñoso y comprensivo. A pesar de estar siempre agotada, ella no paraba de trabajar.Gracias a Nat, conseguí dos trabajos: uno en un restaurante y otro en una tienda de ropa de alta moda, ambos lugares bastante concurridos. Estoy entretenida todo el tiempo, lo cual no me deja espacio para pensar en cosas que me desanimarían. En el restaurante trabajo medio tiempo, y en la tienda entro por las tardes. Gracias a estos trabajos, hoy ya estoy instalada en mi propio departamento.Aunque no es grande, para mí es perfecto. Está ubicado a solo tres cuadras de la tienda donde trabajo. El espacio es pequeño pero acogedor, y poco a poco he hecho algunos cambios
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