CAPÍTULO 96: ÉL ESTÁ DETRÁS DE TODO.La carpeta cayó sobre el escritorio con un sonido sordo. Liana la empujó hacia Artem, quien la miró con cautela.—Este es el testamento de mi padre. Nunca se leyó, pero me reuní unos días antes con el abogado, ¿recuerdas que...? —resopló divertida—. Bueno, fingimos casarnos con bienes separados, ¿no?Artem asintió, como un niño regañado, incapaz de defenderse.—El caso es que —continuó ella, con esa mezcla de seguridad y burla que lo volvía loco—, hay una cláusula en la herencia, y en la herencia está incluida esa mina. Para ser un hombre de la mafia, no leíste lo que debías, ¿sabes?Su tono era burlón, casi provocador. Artem apretó la mandíbula.—No lo hice porque no me interesaba tu herencia. Yo solo quería...—Sí, sí, querías vengarte —lo interrumpió ella, con una indiferencia fingida mientras se sentaba cómodamente en la silla. Liana disfrutaba de tener el control, mientras Artem se mantenía en silencio, intentando comprender hacia dónde iba tod
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