Hendricks toma el anillo y lo vuelve a poner en su mano depositando un tierno beso. Aiden, aún con la emoción a flor de piel, lo mira intrigado y le pregunta en un susurro:—¿Cómo llegaste tan rápido? Pensé que te llevaría más tiempo... ¿Acaso tú papá no te retuvo o intentó impedir que vinieras?Hendricks sonríe de lado, aunque sus ojos revelan una seriedad que Aiden reconoce al instante.—No pudo hacer nada, soy mayor de edad, es mi vida —Hendricks lo observa, notando el silencio tenso en Aiden, y frunce el ceño—. Aiden, ¿mi padre te dijo algo que te hizo marchar?Aiden evita su mirada, sintiendo el peso de las palabras que no puede pronunciar. La promesa que hizo lo aprisiona, y finalmente se queda en silencio, mirando al suelo.Hendricks observa su reacción, y un destello de comprensión asoma en su mirada.—Le hiciste una promesa de no decir nada, ¿verdad? —le pregunta suavemente, dándose cuenta de lo que pasó.Aiden asiente apenas, sus ojos llenos de una mezcla de angustia y alivi
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