Hoy la casa está llena de movimiento y risas, un bullicio alegre que reverbera en las paredes. Camino por la sala, dando instrucciones mientras revisa cada detalle. Los globos están en su lugar, la decoración luce perfecta y las flores frescas llenan el aire con un aroma suave y dulce. Rosa, nuestra querida ama de llaves, me ayuda a poner todo en orden, asegurándose de que cada rincón esté impecable y que los arreglos en las mesas luzcan preciosos.— ¿Dónde está el pastel? —pregunto, recorriendo el lugar con la mirada, aún preocupada de que falte algo.—Ya está en la cocina, niña Valeria —responde Rosa con una sonrisa tranquilizadora—. De verdad, todo está perfecto.Sonrío, aunque mi corazón late rápido con una mezcla de nervios y emoción. Este día es especial, más de lo que las palabras pueden expresar. Todo tiene que salir bien, perfecto, porque hoy celebramos un año de vida de alguien que significa el mundo para mí. Respiro hondo, sintiendo la calidez de ese pensamiento, y mi man
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