Blake salió de la residencia de Paul Aston con más angustia que con la que había llegado. No solo por no haber encontrado a su esposa, sino también por haber tenido un feroz enfrentamiento con su cuñada Alice. Apenas había ingresado, Alice lo recibió de manera hosca. Claro, no debía delatar a Maddie, mostrándole que estaba al tanto de la pelea entre ambos, pero, de todas maneras, no podía con su beligerante carácter. Alice esbozando una sonrisa sardónica, mostró su aparente desdén, manteniendo siempre esa actitud desafiante y mordaz que parecía haberse intensificado con el tiempo. Desde el primer momento, sus palabras y su mirada hicieron que Blake se sintiera incómodo, casi como si fuera un intruso. _ Señor Townsend, mi estimado cuñado, ¿a qué debo su tan inesperada visita? _ dijo, enfatizando cada palabra con sarcasmo, mientras cruzaba los brazos y lo miraba de arriba abajo _. Supongo que no ha venido a tomar el té. Blake, sorprendido por el recibimiento y consciente de la tens
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