Dante se encontraba en casa, disfrutando de la compañía de Mía, en su rostro había una leve sonrisa fruto de lo que sentía por aquella mujer y lo que ella le hacía sentir.Su móvil sono, llevó la mano al bolsillo y al instante dio respuesta, Mía sentía curiosidad por enterarse de quien se trataba aquella llamada, pero confiaba ciegamente en Dante y prefirió darle espacio.La sonrisa que había en el rostro de Dante cambió al instante, luego terminó la llamada se quedó por un instante en silencio y luego fue directo hasta donde se encontraba Mía.—Cariño, debo salir ahora mismo, sucedió un imprevisto y no puedo ser tan frío y hacer como si no hubiera pasado nada, pero te prometo que pronto estaré de vuelta —Mía apretó los labios y al mismo tiempo levantó las cejas. —Sabes que confío en ti, espero que no intentes burlarte de mí, por tu cara es fácil deducir que no se trata de nada bueno —Dante se acercó a ella, colocó las manos en su cintura y luego la beso.—Así es, lo que sucedió es d
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