Ante la acción que tomó Dante, Santino se alteró demasiado, se encontraba desesperado y no era para menos, al observar como su amada sufría al estar en las manos de Dante, Emma rompió en llanto al haber sido tomada a la fuerza.—¡Ey te exijo que la sueltes! —exclamó con fuerza Santino, quien llevó la mano hasta la parte de atrás de su cintura y en medio de la desesperación tomó la pistola y apuntó directo a la cabeza de Dante. —¡Quieto Santino!, te ordeno que bajes ya la puta arma —gritó Enzo desesperado, pero Santino negó con su cabeza.—No, no lo haré papá, si Dante pretende salirse con la suya y hacer lo que se le venga en gana con Emma, estoy dispuesto a dar mi vida por su libertad, si él se la lleva, ella sufrirá, está más que claro que solo se la quiere llevar para desahogar el dolor que trae en su interior. »Solo mira su manera de actuar, él no la ama, te juro padre que si Dante la quisiera de la misma manera que la quiero yo me haría a un lado, lo único que quiero es que Emm
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