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Todos los capítulos de Fundiendo una nueva alma: Capítulo 71 - Capítulo 74
74 chapters
Capítulo LXXI: Desenfrenado
El ramo de flores se oprimió entre Caeli y el mueble - Ten cuidado - Advirtió el chico, con temor a destruirlo. -¿Qué importa? - dijo Adair - puedo traerte otro - se negó a soltarlo. Sin embargo, Caeli dio un paso atrás. Sintiendo el movimiento, retrocedió y lo soltó. El chico llevó el ramo al otro lado de la habitación y cuidadosamente lo puso sobre la silla. Una punzada de celos molestó a Adair. Realmente intentó fulminar con la mirada a ese ramo de flores. Por un momento, se sintió menos importante que un manojo de hierba envuelta en papel. Cruzó los brazos y se reclinó hacía atrás, topando la espalda al mueble. Después de acomodar las flores, Caeli se giró, enfrentándose a Adair. Se sostuvieron la mirada por un tiempo antes de que el chico comenzara a acercarse. Su vista lo recorrió por completo mientras
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Capítulo LXXII: Dando la cara
El líquido se escurrió por las orillas que envolvían el miembro de Adair. Había degustado cada centímetro de su interior; mientras el chico lo aceptaba en su totalidad. Tragó saliva. Su boca estaba seca. Dejó caer las piernas del chico a sus costados. Luego se inclinó sobre él. Ajustó la cabeza del joven con una mano, con el codo de la otra sobre la cama. Lo besó, reacio a salirse. Se subió a la cama y acomodó las rodillas en medio. Las piernas de Caeli se envolvieron en sus caderas; mientras se movía nuevamente sin romper el contacto de sus labios. Sus respiraciones se entrelazaron como jadeos apresurados. El sonido de su piel chocando al unirse sonaba como melodía nocturna traída por el viento. Sus cuerpos estaban sudorosos. Las ropas se pegaron a su piel, volviéndose transparente por la humedad. De repente, Caeli desprendió los labios, estirando el cuello hacía atrás para soltar un gemido ahogado. Un momento
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Capítulo LXXIII: Pidiendo permiso
El rostro del viejo pasó de sorprendido a serio en una fracción de segundo. Ignorando al joven tendido en el suelo, empujó la puerta hasta la pared. La trabó en su lugar antes de darse la vuelta. Caminó recto hacía la otra puerta; pero sus ojos se desviaron sin querer, por un momento, hacía Adair para luego concentrarse nuevamente. Adair vio esa mirada, como si quisiera decirle algo; así que, se levantó. Sus piernas temblaban, ya sea por miedo o por el cansancio de haber mantenido mucho tiempo la posición en la que estaba; pero aún así, tomó el valor de acercarse. La luz del sol, que estaba sobre su cara, se quedó atrás con cada paso que daba. Sumergiéndose en la sombra producida por la casa. Sus ojos se oscurecieron, resaltando las ojeras de cansancio por no haber dormido nada. Se paró en el punto donde las puertas se unían. Sobre el hoyo de sujeción para la barra que aseguraba el portón. Sólo faltaba un paso m
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Capítulo LXXIV: Rompiendo lazos
Adair esperó a que ambos desaparecieran en el pasillo antes de que sus labios se estiraran en una gran sonrisa. En su cuerpo, la sangre corría a gran velocidad, llenando cada vena en todos los extremos. Su energía aumentó de cero a un millón. La alegría era tan grande que incluso parecía que iba a explotar. Todos los pesares salieron de su cuerpo, dejándolo como un alma libre. Mientras perdía el tiempo, una figura se asomó por la puerta. Al verlo, salió al taller - ¿qué te dijo? - los ojos de Caeli estaban ampliados en busca de una respuesta; pero no había duda en ellos. Al verlo, Adair no pudo contenerse. Fue hacía él rápidamente. Su mano fugaz, le sujetó la nuca; en tanto, la otra lo apretaba hacía él desde la espalda. Le devoró los labios con un beso emocionado. Hasta que sus pulmones ardieron pidiendo oxígeno, se separó un centímetro. Sus ojos se conectaro
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