Para Natasha aquél encuentro había llegado como caído del cielo, él era el candidato ideal que ella tanto necesitaba para seguir conservando su estatus y el nivel al que siempre había estado acostumbrada, no le faltaba nada, pues siempre tenía buenos contratos, pero el momento de retirarse había llegado, y consideraba que sería mucho mejor si pudiera hacerlo casándose con un millonario que le resolviera la vida, era una mujer frívola después de todo, que se podía esperar de alguien a quien sólo le interesan los lujos, la vanidad, y la imagen. Lo miraba como hechizada, y no dejaba de insinuarle su interés, en el pasado no habría necesitado mucho para despertar sus instintos, pero en el presente, Alexandra ocupaba sus pensamientos y no tenía ojos para ninguna mujer que no fuera ella.– Sería bueno salir por ahí para ponernos al día querido, hace tanto tiempo que no nos vemos qué resultaría interesante poder hacer algo juntos – Propuso.Adam no quería ser descortés, pero tampoco tenía la
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