Ese extraño padecimiento repentino que Adam había tenido tenía muy intranquila a Alexandra, pues más que un malestar físico, todo parecía indicar que era un pretexto para distanciarse de ella por alguna razón, no entendía lo que sucedía, si tan sólo hacía unas horas los dos estaban completamente felices , e incluso en la última llamada le había preguntado que si iría con él en el viaje, no obstante, sentía que debía tranquilizarse, pues la incertidumbre estaba causando grandes estragos en sus emociones. Subió a la habitación de la pequeña Isabella, quería charlar con ella, pues en los últimos días había estado tan ocupada que no había tenido oportunidad de convivir con ella.– Hola mi pequeña, ¿Qué estás haciendo? –Le preguntó Alexandra al ver lo concentrada que estaba.–Es para la tarea de artes, nos pidieron que hiciéramos un retrato de nuestra familia – Le explicó.– Genial, a ver cuéntame, ¿A quiénes colocaste en tu dibujo? – La interrogó con curiosidad.– Éste de aquí es papá, aq
Ese gran momento por fin había llegado, Alexandra tomó la decisión de dejar atrás sus miedos y seguir adelante con ese gran amor que le había dado la oportunidad de sobreponerse a las cosas difíciles que le ocurrieron en el pasado, y Adam se sentía realizado porque por fin tendrían la posibilidad de concretar la unión que se había originado desde el primer instante en el que se conocieron. Los besos y caricias eran candentes, era como sí la magia flotara en el aire, los dos estaban maravillados ante la sensación que experimentaban, todo parecía ir de maravilla, cuando de repente se escucharon unos nudillos tocando la puerta, lo cual los devolvió a la realidad en forma abrupta.– No puede ser, pero que gente tan inoportuna – Dijo Adam.– Lo sé mi amor, pero debemos abrir, puede ser algo importante – contestó Alexandra.– No quiero abrir,, se cansarán y regresarán en otro momento. –El continuó besándola, y ella deseaba con toda su alma corresponder a esa pasión que podía sentir cada ve
Los abogados empezaron a llegar, era cuestión de unos minutos para que el acuerdo pudiera quedar sellado, a partir de ese momento, Alexandra tomaría control de un porcentaje de la compañía, de esa forma tendrían que aceptarla en el Consejo directivo, lo cual no era muy usual puesto que la compañía siempre había pertenecido exclusivamente a los Cooper, pero en una de las cláusulas del contrato se decidió que la persona que pudiese adquirir un porcentaje mayor al 20% tomaría parte en las decisiones trascendentales y de igual manera nada podría ejecutarse sin el beneplácito de todas las partes. Los abogados dieron lectura a las cláusulas y aún cuando Mark sabía que ese acuerdo beneficiaría mayoritariamente al nuevo socio comercial, no hizo nada, pues necesitaba la liquidez que esa persona pudiese brindarle, el acuerdo quedaría teniendo como beneficiario a Edmund Parker, de esa manera no sospecharían ni de Diana ni de nadie más. Alexandra entraría en acción una vez que el contrato estuvie
La desesperación crecía dentro de Mark, por más que lo intentaba no podía recuperar el control del coche, sus pulsaciones estaban al límite y el corazón se le aceleraba cada vez más, sabía que algo terrible pasaría y que ese sería su fin.–Maldita Verónica, ¿Así que esa es tu forma de acabar conmigo?, Pues entonces nos veremos en el infierno desgraciada.– Gritaba Mark con desesperación.Fred contemplaba la escena y no dudo en llamar al inspector para comunicárselo.– Jefe, el coche de Mark está descontrolado, lo más seguro es que lo hayan dejado sin frenos.– Le informó el joven asistente.–Dios mío, debimos imaginarlo, pásame tu ubicación, rápido, voy para allá.– Contestó a toda prisa.Alexandra estaba junto a James y se había dado cuenta de todo.–También quiere deshacerse de él, claro, seguro ya encontró un nuevo amante para divertirse, vamos James, voy contigo – añadió la joven.– No Alexandra, lo que pasará es muy fuerte, será mejor que te quedes aquí– Contestó el inspector.–Aunq
Tras la muerte de Mark, Alexandra sabía que las cosas se pondrían muy difíciles en la empresa, Diana no había aceptado renunciar, decidió acompañarla hasta el final, el primer verdugo había caído, pero ahora había aparecido uno peor, Henry Lancaster sería el nuevo vividor que se aprovecharía de los ingresos de la compañía Cooper y seguramente despilfarraría a su antojo aprovechándose de la poca inteligencia de Verónica. Todos estaban reunidos en la casa de los Parker, necesitaban planificar muy bien la estrategia que seguirían, puesto que las cosas serían aún más complicadas y era necesario trazar un plan perfecto Para que nada los tomara por sorpresa.–Dudo mucho que mi hermana esté embarazada, seguro fue un engaño para hacer que Mark estuviera tranquilo.– Comentó Alexandra.–Pienso lo mismo, Verónica es una mujer muy frívola, siempre preocupada por su vanidad, y si ya tiene un nuevo amante, por supuesto que no dejaría que ese niño fuese un impedimento para su nueva conquista. – Int
En los últimos días, toda la atención de Alexandra había estado centrada en los negocios, Adam seguía aplazando su regreso a Nueva York, el tiempo estaba encima y por el momento era imposible que ella pudiese tomar una decisión respecto a acompañarlo. Ese día, Adam se despertó algo pensativo, las cosas se habían enfriado bastante entre ellos y sentía un distanciamiento muy fuerte, pues desde que amanecía, Alexandra salía de la casa y regresaba ya muy entrado a la noche, por lo que era muy poco lo que podían coincidir. Se había olvidado de la investigación, no siguió insistiendo con el detective que había contratado, ya que se sentía culpable de desconfiar de su pareja, consideraba que eso no era para nada leal, sobre todo después de todo lo que ella había hecho por ellos. En tanto Alexandra, como todos esos días, se levantó temprano, había terminado de vestirse y caminaba por el pasillo, pero antes de llegar a la escalera, Adam la interceptó para verla aunque fuera sólo un momento.–B
Debido a los últimos acontecimientos, Diana había estado muy cerca de Alexandra apoyándola en todo lo necesario hasta concretar la firma del contrato, pero ahora tenía un poco más de libertad y quería aprovecharla para dedicarle tiempo a su novio. James era un hombre muy comprensivo que no se quejaba en lo absoluto, pues entendía que la magnitud del asunto que estaban trabajando lo ameritaba. Ese día, las cosas estaban un poco más tranquilas en cuestión de trabajo y utilizaron la hora de la comida para pasar un tiempo de calidad juntos, quedaron de verse en un bello restaurante, James le dijo que necesitaba hablar con ella, por lo que Diana se sentía pensativa, pues no sabía a qué iba a enfrentarse, después de todo sus miedos e inseguridades seguían haciendo de las suyas. Tal como sucedía cuando ella se sentía en problemas, decidió llamar a Alexandra para compartirles las inquietudes que no dejan de mortificarla.–Hermanita, espero no interrumpirte, necesito comentarte algo.– Le dijo
Las palabras de James sonaban con fuerza en la cabeza de Diana, le parecía increíble que ese hombre tan maravilloso le estuviera proponiendo matrimonio precisamente a ella, sus ojos se abrieron como platos y sus rostros tenía un rubor especial, él la miraba fijamente y se encontraba nervioso ante la posibilidad de recibir una negativa por parte de la joven.–Diana, mi amor, ¿Escuchaste lo que te pregunté?– Le dijo.Las palabras se quedaron atrapados en la garganta de Diana, debido a los nervios que sentía resultaba imposible emitir una respuesta, respiro profundo y lo miró fijamente tratando de recomponerse y regresar a la realidad.–Lo lamento, cariño, es que estoy tan emocionada que no puedo ni siquiera hablar por la serie de sentimientos encontrados que hay dentro de mí.––Sólo dime si aceptas o no casarte conmigo, por favor, me muero por escuchar una respuesta de tus labios.– Exclamó.–Claro que acepto, es la propuesta más maravillosa que me han hecho en toda mi vida.– Le dijo.–G