La desesperación crecía dentro de Mark, por más que lo intentaba no podía recuperar el control del coche, sus pulsaciones estaban al límite y el corazón se le aceleraba cada vez más, sabía que algo terrible pasaría y que ese sería su fin.–Maldita Verónica, ¿Así que esa es tu forma de acabar conmigo?, Pues entonces nos veremos en el infierno desgraciada.– Gritaba Mark con desesperación.Fred contemplaba la escena y no dudo en llamar al inspector para comunicárselo.– Jefe, el coche de Mark está descontrolado, lo más seguro es que lo hayan dejado sin frenos.– Le informó el joven asistente.–Dios mío, debimos imaginarlo, pásame tu ubicación, rápido, voy para allá.– Contestó a toda prisa.Alexandra estaba junto a James y se había dado cuenta de todo.–También quiere deshacerse de él, claro, seguro ya encontró un nuevo amante para divertirse, vamos James, voy contigo – añadió la joven.– No Alexandra, lo que pasará es muy fuerte, será mejor que te quedes aquí– Contestó el inspector.–Aunq
Tras la muerte de Mark, Alexandra sabía que las cosas se pondrían muy difíciles en la empresa, Diana no había aceptado renunciar, decidió acompañarla hasta el final, el primer verdugo había caído, pero ahora había aparecido uno peor, Henry Lancaster sería el nuevo vividor que se aprovecharía de los ingresos de la compañía Cooper y seguramente despilfarraría a su antojo aprovechándose de la poca inteligencia de Verónica. Todos estaban reunidos en la casa de los Parker, necesitaban planificar muy bien la estrategia que seguirían, puesto que las cosas serían aún más complicadas y era necesario trazar un plan perfecto Para que nada los tomara por sorpresa.–Dudo mucho que mi hermana esté embarazada, seguro fue un engaño para hacer que Mark estuviera tranquilo.– Comentó Alexandra.–Pienso lo mismo, Verónica es una mujer muy frívola, siempre preocupada por su vanidad, y si ya tiene un nuevo amante, por supuesto que no dejaría que ese niño fuese un impedimento para su nueva conquista. – Int
En los últimos días, toda la atención de Alexandra había estado centrada en los negocios, Adam seguía aplazando su regreso a Nueva York, el tiempo estaba encima y por el momento era imposible que ella pudiese tomar una decisión respecto a acompañarlo. Ese día, Adam se despertó algo pensativo, las cosas se habían enfriado bastante entre ellos y sentía un distanciamiento muy fuerte, pues desde que amanecía, Alexandra salía de la casa y regresaba ya muy entrado a la noche, por lo que era muy poco lo que podían coincidir. Se había olvidado de la investigación, no siguió insistiendo con el detective que había contratado, ya que se sentía culpable de desconfiar de su pareja, consideraba que eso no era para nada leal, sobre todo después de todo lo que ella había hecho por ellos. En tanto Alexandra, como todos esos días, se levantó temprano, había terminado de vestirse y caminaba por el pasillo, pero antes de llegar a la escalera, Adam la interceptó para verla aunque fuera sólo un momento.–B
Debido a los últimos acontecimientos, Diana había estado muy cerca de Alexandra apoyándola en todo lo necesario hasta concretar la firma del contrato, pero ahora tenía un poco más de libertad y quería aprovecharla para dedicarle tiempo a su novio. James era un hombre muy comprensivo que no se quejaba en lo absoluto, pues entendía que la magnitud del asunto que estaban trabajando lo ameritaba. Ese día, las cosas estaban un poco más tranquilas en cuestión de trabajo y utilizaron la hora de la comida para pasar un tiempo de calidad juntos, quedaron de verse en un bello restaurante, James le dijo que necesitaba hablar con ella, por lo que Diana se sentía pensativa, pues no sabía a qué iba a enfrentarse, después de todo sus miedos e inseguridades seguían haciendo de las suyas. Tal como sucedía cuando ella se sentía en problemas, decidió llamar a Alexandra para compartirles las inquietudes que no dejan de mortificarla.–Hermanita, espero no interrumpirte, necesito comentarte algo.– Le dijo
Las palabras de James sonaban con fuerza en la cabeza de Diana, le parecía increíble que ese hombre tan maravilloso le estuviera proponiendo matrimonio precisamente a ella, sus ojos se abrieron como platos y sus rostros tenía un rubor especial, él la miraba fijamente y se encontraba nervioso ante la posibilidad de recibir una negativa por parte de la joven.–Diana, mi amor, ¿Escuchaste lo que te pregunté?– Le dijo.Las palabras se quedaron atrapados en la garganta de Diana, debido a los nervios que sentía resultaba imposible emitir una respuesta, respiro profundo y lo miró fijamente tratando de recomponerse y regresar a la realidad.–Lo lamento, cariño, es que estoy tan emocionada que no puedo ni siquiera hablar por la serie de sentimientos encontrados que hay dentro de mí.––Sólo dime si aceptas o no casarte conmigo, por favor, me muero por escuchar una respuesta de tus labios.– Exclamó.–Claro que acepto, es la propuesta más maravillosa que me han hecho en toda mi vida.– Le dijo.–G
La desilusión que sentía era tan grande, que Adam optó por encerrarse en su estudio para embriagar sus penas en el alcohol, pensaba en la manera en la que había sido engañado, quería hacerle pagar a aquella mujer por el tormento que por su culpa llevaba en su interior, que sufriera en carne propia el terrible dolor que experimentaba, pues la amaba con locura y no se imaginaba vivir una vida sin ella.–Maldita seas Alexandra Cooper, ¿Por qué tuviste que hacerme esto?– Gritaba completamente fuera decí.–Te odio tanto como alguna vez llegué amarte, hubiera dado mi vida por tí de ser necesario, te puse en un altar y hasta me sentí culpable por dudar de ti, eres una descarada, una sinvergüenza igual a todas.– seguía gritando sin control.Adam dejó salir todo el dolor que llevaba por dentro, era un llanto desgarrador que se escuchaba por toda la casa, los empleados estaban asustados, pues no sabían que era lo que estaba pasando.–Ha estado así toda la tarde, Gerald, tal vez debemos ir a ver
Alexandra trataba de abrirse camino para encontrar ayuda, pero la lluvia imposibilitaba dicha acción puesto qué el terreno se ponía intransitable en época de tormentas, eso aunada a la poca visibilidad que había, entorpecía las cosas, ella tuvo que tomar una decisión, dejar a Stella y llevar en brazos a la niña, puesto que la pequeña no quiso apartarse de ella.–Tengo mucho frío, quiero ir a casa.– Gritaba la niña desconsolada.Alexandra trataba de abrigarla con sus brazos, pero dentro de poco las dos estaban empapadas y temblando de frío.–Aguanta mi amor, pronto encontraremos a alguien que nos ayude y podremos regresar a casa.– Le dijo tratando de consolarla.Estaba desesperada, ya que por lo regular esos caminos se hallaban muy solitarios, tenía la esperanza de qué todos estuvieran buscándolas y que alguien pudiera aparecer para sacarla de aquellas tribulaciones. por otra parte, la brigada comandada por James avanzaba, Adam iba tras ellos puesto que conocía muy bien los caminos de
Después de escuchar el relato de Edmund, Adam estaba consternado, se imaginaba todo el sufrimiento que Alexandra debió haber padecido, lo sola que tuvo que haberse sentido, y el terror que le hicieron pasar esos infelices, tenía en su interior una mezcla de sentimientos encontrados, por una parte una terrible frustración por no haberse dado cuenta de todo lo que ella tenía que cargar a cuestas, y por otra parte, se sentía culpable por haber dudado de ella y no haberla escuchado cuando se lo pidió. Se aproximó a su habitación con la cara llena de vergüenza y con el corazón acelerado, necesitaba sacar todo aquello que llevaba por dentro, porque si no iba a enloquecer, lloraba en silencio por no haber formado parte de su vida en aquel tiempo, lamentó no haber podido protegerla, y odiaba con todas sus fuerzas a aquellos infelices que tanto daño le habían causado a la mujer a la que amaba más que a su propia vida. Alexandra se encontraba sobre la cama, las enfermeras estaban terminando de