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Todos los capítulos de Juntos... y revueltos: Capítulo 91 - Capítulo 96
96 chapters
Capítulo 91. Un paraíso solo para nosotras.
Lukas estaba ansioso por estar con su ahora esposa, el mundo pareció desdibujarse dejándolos a los dos solos en un capullo de deseo. Lukas la recorrió, con la mirada voraz, absorbiéndola de pies a cabeza. Sin pérdida de tiempo quitó el resto de sus ropas, dejándole solo el brasier, su piel clara y sus pechos turgentes con puntas de rosa, eran visibles a través de la delicada tela, haciendo que su deseo por ella aumentara. —Mi corazón —, le dijo, con un acento marcado por la lujuria y la adoración. —Eres lo más hermoso que he visto en mi vida.Sofía se sonrojó y sus mejillas adquirieron un tono rosado. —Gracias, mi amor —, susurró, con voz apenas audible por encima del palpitar de sus corazones.Lukas se acercó a ella con una lentitud dolorosa, pero sus intenciones eran claras. Cada fibra de su ser ansiaba devorarla, reclamarla como suya una vez más, luchaba por no enloquecer y perder el control, sin embargo, quería que esa primera vez como esposos fuera especial, para atesorar en s
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Capítulo 92. Regreso a la realidad.
El sol se filtró a través de las ventanas, suavemente despertando a Lukas y Sofía de su sueño. Su luna de miel había sido un paraíso, pero la realidad comenzaba a asomarse con la luz del nuevo día.Lukas giró en la cama, encontrando a Sofía aún dormida a su lado, con su cabello desparramado sobre la almohada y una expresión de paz en su rostro. No podía evitar sonreír al verla, sintiendo una mezcla de amor y responsabilidad arremolinarse en su pecho.Con cuidado de no despertarla, se levantó y se dirigió hacia la ventana, contemplando el mar por última vez antes de regresar a la ciudad. A lo lejos, las olas rompían suavemente contra la orilla, como una despedida silenciosa de esos días perfectos que habían compartido. Pero Lukas sabía que la vida real esperaba, y que todavía había un asunto que debían resolver.Después de un desayuno tranquilo y de empacar lo poco que quedaba, la pareja se dirigió al aeropuerto donde los estaba esperando un vuelo privado para regresarlos a su casa.E
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Capítulo 93. Todo aclarado.
Fabiola bajó la mirada, claramente incómoda con la situación. Sabía que se encontraba en una encrucijada. Lukas y Sofía estaban decididos a descubrir la verdad, y la mentira que había creado comenzaba a desmoronarse frente a ella. Respiró hondo y, en un intento de ganar algo de tiempo, se levantó lentamente del sofá.—Está bien... —murmuró, aunque su voz denotaba cierto resentimiento—. Si eso es lo que quieres, vamos.El camino hacia la clínica fue silencioso, con una tensión palpable llenando el aire. Fabiola mantenía las manos entrelazadas, moviéndolas nerviosamente en su regazo, esperando poder salir de eso beneficiada.Lukas, con las manos firmes sobre el volante, no dejó de observarla por el espejo retrovisor. Sabía que algo no estaba bien, pero necesitaba que Fabiola confesara por sí misma.Sofía, por su parte, se mantenía serena, aunque por dentro las emociones le revoloteaban en el estómago. No podía dejar de pensar en lo que sucedería si Fabiola realmente estuviera mintiendo.
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Capítulo 94. Una llegada inesperada.
Meses después. Los meses pasaron, y la vida de Lukas y Sofía volvió a un ritmo más tranquilo y estable. Fabiola había desaparecido de sus vidas tras la revelación, y ambos se concentraron en construir un futuro juntos, libres de los problemas y fantasmas del pasado, era una pareja feliz, que disfrutaban estar juntos y que por ahora habían decidido esperar para tener sus hijos. Aunque vivían en la mansión, siempre iban a casa de sus padres a pasar tiempo con ellos, además, ellos estaban emocionados porque tendrían un hermano, de quien no sabían su sex0 porque esperaban que fuera una sorpresa. Una tarde de un domingo, Lukas y Sofía estaban visitándolos en un almuerzo familiar. El ambiente era cálido y acogedor, lleno de risas y conversaciones animadas sobre planes futuros, proyectos, porque a ambos jóvenes les estaba yendo muy bien, además estaban ansiosos por la llegada del nuevo integrante de la familia: el bebé que Marleni estaba esperando. A pesar de su embarazo avanzado, Marle
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Capítulo 95. Capítulo final.
Horas después, Sofía y Lukas entraron a la habitación del hospital donde Marleni descansaba, sosteniendo a su recién nacido en brazos. Danilo, emocionado, se encontraba junto a su esposa, acariciando con ternura la pequeña cabeza del bebé. Al verlos entrar, Marleni les sonrió con esa serenidad única que solo una madre puede tener después del parto.—¿Cómo estás, mamá? —preguntó Sofía con suavidad, acercándose a la cama y mirando al bebé con ojos brillantes.—Estoy bien, cansada, pero feliz —respondió Marleni—. Aquí está su hermano, esperando conocerlos oficialmente.Lukas, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, se acercó con pasos lentos y respetuosos. Nunca había visto a un bebé tan pequeño, tan indefenso y lleno de vida. Se inclinó un poco para observar más de cerca al recién nacido, con una sonrisa suave y llena de asombro.—Es perfecto, Marleni ¿Cómo se llama? —murmuró el hombre, incapaz de apartar la mirada del pequeño.—Aún no tiene nombre —dijo Marleni de repent
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Capítulo 96. Epílogo.
El embarazo de Sofía transcurrió lleno de momentos de ternura y emoción. Desde el primer día en que supo la noticia, Lukas la acompañó a todas sus consultas médicas, ansioso por cada pequeño avance. Había guardado en su corazón de manera muy especial, la primera vez que vieron la ecografía juntos. Ambos estaban en la sala de espera, con Sofía tomando su mano y acariciando suavemente su vientre apenas abultado.—¿Estás nervioso? —le preguntó Sofía con una sonrisa, viendo cómo Lukas no dejaba de mover los pies, impacientemente.—Un poco —admitió él—. Es que quiero verlo… o verla, aunque sea solo un puntito.Cuando finalmente entraron a la consulta y la imagen del pequeño embrión apareció en la pantalla, Lukas no pudo contener las lágrimas. El pequeño punto en blanco y negro que latía con fuerza lo conmovió más de lo que había imaginado. Sofía lo observaba mientras él, con los ojos brillantes, se inclinaba hacia la pantalla.—Es nuestro bebé... —susurró, tomando la mano de Sofía—. Lo am
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