Por sorprendente que parezca, después de decir eso, Noah o Nick se marchan con evidente enojo, por lo que, logro dormirme implorando que no vuelvan por aquí, pero, parece que mi fe no es tan grande porque solo demoro unos minutos dormida, cuando siento una mano que toca la parte interna de mi muslo.Por lo que, me quejo deseando abrir mis ojos o por lo menos, tener la fuerza de mover mi mano y apartarla del hombre que no parece comprender que no quiero ni siquiera en mis sueños más locos tener sexo con él.— No despiertes, querida. Deja que te de todo el placer que necesitas. Deja que te demuestre lo bien que lo pasarás siendo mi esposa. — dice él besando mis piernas.Debo reconocerlo, su toque casi me hace enloquecer, pero, las alarmas en mi mente me dicen que lo que menos debo hacer, es caer en la locura. Porque entonces, sería mi perdición.— Déjame decirte con mis labios, cuanto deseo estar en lo más profundo de ti y como anhelo que seas solo mía. Comparto muchas cosas con mi herm
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