Rosalin se encontraba en una tormenta interior de dos sensaciones, por un lado, no dejaba de ver con ternura y cariño que le provocaba Edwan, en sus vagos recuerdos recordó que no le importó poner su vida en peligro por ella, solo para salvarla, y que no la había dejado sola. Por otro la irritación que sentía por la enfermera, que no disimulaba en nada la fascinación que sentía por su esposo, que a pesar de la fatiga marcada en su rostro, Edwan irradiaba un encanto, una galanura que parecía intensificarse cada minuto. Rosalin, con un celo casi instintivo, no podía evitar sentirse protectora, como si fuera necesario recordarle al mundo que él era suyo, que tontería estaba pensando solo era su esposo, como podía reclamarlo si no había permitido que pasara algo más de unos cuantos besos. La tensión en la habitación era palpable, una danza silenciosa de miradas y emociones que se entrecruzaban. Edwan, ajeno a la tormenta interna de Rosalin, solo tenía ojos para ella, nadie más existía

Edwan se encontraba en una alegría total, era lo que siempre había soñado, que ella lo besara, que dijera esas palabras, que su cuerpo estuviera así de pegado al suyo, sin embargo, sentía que algo no estaba bien, su piel estaba muy caliente, como cuando a los humanos le daba fiebre.Sus manos bajaron por sus hombros, sus brazos, eran las caricias con la que había soñado, pero no era en el lugar que él hubiera querido tenerla, pronto sintió sus yemas sobre su torso acariciándolo con sutileza.—Edwan porque siempre estás en mis sueños —murmuró Rosalin sobre sus labios —nunca me dejas como ahora —Edwan abrió los ojos con la declaración de Rosalin. Con cuidado la dejo en la cama, y se apartó un poco de ella, tomo su rostro entre sus manos, no parecía ella.Dio media vuelta necesitaba que le médico le dijera que le había dado que la había puesto así.—Upss —escuchó que dijo cuando su mano había arrebatado la toalla que cubría su parte inferior del cuerpo, el dio la media vuelta para quedar

Rosalin se sentía en una habitación que ardía, solo sentir los labios de Edwan calmaba un poco su calor, sus labios eran magníficos, si antes le había gustado sus besos, ahora era su mejor droga para calmar su ser.Cada movimiento era un masaje seductor y posesivo, y ella era la única de ahora en delante que los sentiría, por Dios nunca pensó ser tan posesiva en sus sueños, pero nadie más podía recibir la promesa de placer infinito de ellos.Rosalin sentía como se estremecía a medida que la mano de Edwan se movía por su cuerpo, era tan abrumadora la intimidad que estaba sintiendo con él, que podría pensar que de verdad estaba pasando, y no era parte de uno de sus sueños que había tenido con él.Su boca se sentía tan real, que dejo salir un quejido de emoción al sentir sus besos acariciando su cuello.—No sabes cómo quisiera que estuvieras consciente, y poder marcarte como mía —dijo en un susurro grueso —ya nadie podrá apartarte de mí… —sin poder evitarlo Rosalin soltó un grito al sent

Rosalin bajo la mirada, ¿Cómo había sido posible que su padre hubiera guardado un secreto tan grande?Poco a poco sintió como su mundo se iba derrumbando, no era la persona que creía, era mitad humana, mitad loba, ¿Cómo es que nunca se dio cuenta de eso? Levanto la vista para ver a Edwan, ¿Cómo podría él asegurar que ella era una mestiza?—¿Cómo sabes que mi madre era una mujer loba si no la conociste? —cuestionó Rosalin —¿Por qué dices que soy una mestiza?—Luigi descubrió una marca en tu nuca, que es única en los descendientes de la Diosa de la luna —guardo un momento silencio al ver como Rosalin llevaba su mano a su cuello —el olor de tu padre es de un humano, así que no me queda más que suponer que tú madre fue una loba…Al momento que la toco, una descarga eléctrica recorrió su cuerpo y una avalancha de imágenes comenzaron a llegar a su cabeza, hasta un momento que había olvidado por completo.Inicio del FlasblackElla estaba muy contenta, con coleta que le había quedado perfecta

Era una pregunta que no tenía sentido, solo que los asaltantes supieran que era una mujer lobo, para que tuvieran balas o llevaran un arma blanca de plata…—Eso lo único que me dijo mi nana, pero no dijo como fue a pesar que yo insistí para que dijera más, pero ella se mantuvo callada… —la respuesta de Rosalin, lo hacía pensar más en la historia de Rosalin, que trataba de ocultar Harry y la nana, aunque le sirviera que ella tampoco pudiera ir a Quebec, tendría que ver a Harry para que le dijera que peligro había sobre ella, porque la escondió todos estos años, de quien la estaba protegiendo.—Yo voy a descubrir que hay de tu pasado —dijo Edwan mientras la abrazaba y besaba la parte superior de su cabeza —y te voy a proteger… —y en silencio le prometió a la Diosa que él haría lo que fuera para cuidarla.—Edwan ¿Qué hacemos en casa de Luigi? —la pregunta de Rosalin lo saco de sus pensamientos.Con una medía sonrisa le contó todo lo que paso cuando ella pensaba que estaba soñando, las co

Rosalin se quedó mirando a la nada, ella podría cambiar de forma, ser una loba como Edwan, una extraña emoción burbujeaba en su interior, cualquiera otra persona hubiera gritado de horror, temblado de miedo, hasta negado serlo, pero más bien ella comenzó a llorar de felicidad, como si siempre en su vida lo hubiera deseado, como fuera una parte de ella que faltara.Edwan la atrajo a sus brazos cuando comenzó a llorar, quería consolarla, parecía que había sido una terrible noticia para ella, seguramente ella rechazaba esa idea.—No tengas miedo, cuando te conviertes en loba, la primera vez duele, pero después es algo mágico, te sientes más fuerte, y cuando corres sientes como la adrenalina recorre tu cuerpo, te llena de vida…—dijo Edwan, pero Rosalin la interrumpió.—No tengo miedo, al contrario, deseo poder ya hacerlo, quiero que me marques Edwan de verdad quiero ser por completo tú compañera…Rosalin tomo sus labios, le estaba gustando que ella tomara la iniciativa, que ella quisiera

Edwan y Rosalin miraban a una sonriente y feliz Beatriz, parecía que no sentía vergüenza por la forma que en que se comportó aquella mañana después de la boda.—Bienvenidos a su casa… —volvió a decir mientras avanzaba a ellos con los brazos abiertos.—No fui claro cuando te dije que no te quería volver a ver en mi casa —dijo con voz dura Edwan, Beatriz se detuvo de golpe y bajo la vista con pena —¿Qué haces aquí?—Recuerdo perfectamente tus palabras, y me dolieron hasta el alma, por eso estoy arrepentida por todo el daño que hice ese día, no era yo, estaba confundida sobre mis sentimientos —levantó las manos —y no es justificación, sé que hice mal —dijo Beatriz cambiando por completo la sonrisa, por una cara de disculpa —por eso vengo a pedir perdón a los dos.Edwan la veía con recelo, quería creer en sus palabras, pero había algo detrás de su mirada de arrepentimiento, y eso hacía que él desconfiara de la sinceridad de sus palabras.—No puedo perdonar lo que hiciste Beatriz, eras mi

El casino no podía estar más una noche sin que Edwan estuviera ahí, así que después de cenar, se disculpó con Rosalin para ir a ver los asuntos del casino. Todos lo recibieron con el acostumbrado respeto, Drake su amigo lo recibió con un fuerte abrazo y lo llevó hasta la oficina donde le mostraría la libreta de deudas y la de pagos.—Yo pensé que ibas a disfrutar más días con tu compañera —dijo Drake cuando Edwan tomo su lugar en su oficina.—Qué más quisiera, pero tenía que volver a ver cómo va todo aquí —dijo Edwan con una sonrisa —no puedo cargarte tanto la mano amigo, ya has hecho tanto por mí.—Y aun así no llegaré a pagarte lo que tú hiciste por mi —replicó Drake—Ya te dije que no me debes nada, lo hice porque tú debías tener una segunda oportunidad —dijo Edwan, Drake negó con la cabeza, no aceptando sus palabras —ya dejemos ese tema, mejor dime como te fue con mi encargó, Jasón se ha ido del Valle…La verdad no le preocupaba que Jasón se presentara ante Rosalin para quitársela

Rosalin estaba recostada en la cama mirando el techo, tenía miles de pensamientos, pero el que más la dejaba intranquila era no saber a dónde había ido su nana, durante el tiempo que vivieron juntas, nunca se le ocurrió preguntarle de donde era, ella siempre pensó que venía también de Quebec, y si había vuelto allá, como iría ella sino sabía de qué la estaban protegiendo.Ahora él único que tenía respuestas era su padre, pero temía que no le dijera nada, que guardara silencio antes sus palabras.Al día siguiente tendría que ir a verlo, y saber si el sabía a dónde había ido su nana.Miró el reloj que marcaban casi la media noche, esperaba que pronto Edwan atravesara esa puerta, un calor comenzó a surgir de su interior, era como cuando estuvo en París, su mente se fue volando a los recuerdos de los besos de su compañero, algo dentro de ella deseaba que pudieran continuar donde se habían quedado cuando Luigi los interrumpió.El calor comenzó a subir, por lo que decidió que no podía estar

Edwan llegó muy entrada la madrugada a casa, subió corriendo las escaleras tenía la esperanza que Rosalin aun estuviera despierta, aunque sabía que era muy difícil, el trabajo del casino lo había detenido más de la cuenta cuando llegó el gobierno a supervisar que todo estuviera en regla. Al entrar vio la figura de su compañera recostada en la cama, se veía tan pequeña y hermosa durmiendo, que se movió con demasiado sigilo, tomo una manta que había a los pies de la cama y la arropo, con la dulzura que ella despertaba en él, se acercó a besar su frente. Era razonable que estuviera tan cansada, había sido un largo viaje de regreso que Rosalin, no aguanto despierta. Fue al otro lado de la cama, se quitó los zapatos, después la ropa, y se metió debajo de las sábanas, para abrazar a Rosalin como lo había hecho en París, quería sentir su calor, cuando toco su piel esta se estremeció, Edwan sonrió, al pensar que pudiera estar haciéndose la dormida. Comenzó con un juego de besos en su cuel