EdwardLlego a la fiesta de matrimonio sintiéndome un poco nervioso. Nunca pensé que después de todo lo que había pasado, estaría aquí hoy, en este jardín lleno de vida, viendo a las personas que más aprecio celebrar el amor. Katherine me acompaña, siempre elegante y serena. Me ha ayudado más de lo que jamás podría haber imaginado, y su presencia a mi lado hoy me hace sentir que, a pesar de los errores del pasado, el futuro aún tiene algo reservado para mí.Apenas pongo un pie en el jardín, veo a Isabella y Ricardo. Me miran por un segundo, como si no creyeran que soy yo quien está allí. Pero luego, las sonrisas se dibujan en sus rostros y caminan hacia mí, Isabella viene por delante de Ricardo, con esa calidez que siempre la ha caracterizado.—Edward —dice Isabella, extendiendo los brazos—, ¡me alegra tanto verte aquí!Nos abrazamos, un gesto sencillo pero que encierra tanto. Ricardo, aunque más reservado, también me da un apretón de manos firme, con una sonrisa sincera.—Gracias por
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