Me levanto esta mañana con la mente pesada, aún indecisa sobre si ir o no al dictamen de la sentencia de Edward. Me siento atrapada en una nube de pensamientos confusos, sin saber qué hacer. Jake lo extraña, y esa revelación sigue dando vueltas en mi mente desde ayer. Nunca imaginé que mi hijo seguiría pensando en Edward después de todo lo que pasó, y ahora, no puedo dejar de preguntarme si debería hacer algo al respecto.Mientras estoy en el baño, Ricardo ya se está preparando para irse al trabajo. Normalmente hablamos de todo por las mañanas, compartimos nuestras preocupaciones y pequeños detalles del día, pero hoy él está especialmente callado. Evita el tema, y lo sé bien. Ni siquiera me atrevo a mencionarlo. Al terminar de vestirse, se acerca a mí, besa mi frente y me dice:—Nos vemos esta noche, Bella.—Cuídate —le respondo, intentando sonreír, pero siento que mi expresión no alcanza mis ojos. Ricardo lo nota, pero decide no preguntar más.Lo observo salir de la casa, el silencio
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