—¡Dante! ¡Es Dante! ¡Ya llegó!— Corrió hacia él nada más verlo, él la recibía con una enorme sonrisa y los brazos abiertos, luego de tanto tiempo sin verse y largas charlas al teléfono, por fin un reencuentro.Lo abrazó hasta que Alejandro se acercó a ellos, mirando la escena de los dos.—Bienvenido, Dante— estrecharon sus manos en un saludo. —¿Qué te parece el lugar?—Me encanta, han hecho un buen trabajo y creo que Ariel tuvo mucho que ver. Tiene un aire a ella el lugar. Es perfecto, un trabajo fabuloso han hecho.— Miró alrededor de ellos, las personas no dejaban de entrar y salir, comprando, deteniéndose a charlar, mirando el lugar, la decoración, tomando una que otra copa. Estaba siendo un día de apertura estupendo y Ariel lo llevaba bien, socializando con todos, incluso con las personas que no conocía, eso sí, teniendo a Alejandro siempre cerca o se ponía nerviosa ante muchos desconocidos.—Los dejo que se pongan al día.— Se despidió Alejandro, viendo que llegaba su amigo Fabio.
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