Zahar.Mi respiración aún era irregular mientras mi cuerpo se acomodaba sobre el de Kereem, el calor de nuestras pieles entrelazadas en ese espacio que parecía ajeno al resto del mundo se había vuelto todo en este momento. Aún sentía el temblor en mis piernas, la intensidad del encuentro aún seguía crujiendo en mi interior.Sin embargo, en medio del caos de mis emociones, sabía que lo que acababa de suceder entre nosotros no había resuelto nada. Todo seguía siendo tan complicado, tan imposible, como antes.Me apoyé en su pecho, dejando que mi cabeza descansara en sus hombros, mientras sus brazos me rodeaban con fuerza. Su aliento aún era pesado, pero supe que no todo era deseo; había una carga en su mente, algo más oscuro y profundo.—Esto sigue siendo demasiado, incluso de explicar… —cuando lo dijo, cerré mis ojos, para mí era lo mismo, cada encuentro con él era un desborde, algo que no se cansaba de crecer, de jodernos de alguna forma.De acuerdo a lo que dijo de su matrimonio, me t
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