George estaciona el auto frente a las residencias, dejando que el motor murmure unos instantes antes de apagarlo. Las luces de los faros iluminan brevemente la fachada del edificio, mientras la noche ya toma protagonismo. En el asiento del copiloto, Nicole permanece en silencio, con la mirada perdida en la ventana, como si contemplara algo más allá de lo que tiene frente a ella.Después de unos segundos, George se gira ligeramente en su asiento, observando el perfil de Nicole. La suave curva de su rostro, iluminada por la tenue luz del interior del auto, muestra las señales del cansancio y la tensión acumulados durante el día.—Ha sido un día largo, ¿verdad? —comenta, rompiendo suavemente el silencio.Al escucharlo, Nicole parpadea, sacudiéndose de sus pensamientos, y se vuelve hacia él, esbozando una sonrisa ligera y cansada.—Sí, demasiado largo —admite, con una voz más baja de lo que esperaba.George la observa por un momento más, midiendo sus palabras. Sabe que hay algo que quiere
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