—me llevan a la habitación y al entrar veo a toda la familia reunida —preciosa, ¿cómo te sientes? —con un poco de dolor Leandro, pero estoy bien. —hija, felicidades, ya eres madre, aunque aún no he visto a las bebés, pero me contaron que son unas griegas —sí, madre, eso fue lo que noté, apenas las vi, tienen el cabello de su tía, son muy hermosas. —buenas aquí traigo a las bebés—todos corren a tomar a mis hijas, no me dan oportunidad de verlas, así que me acerco a mi esposa, creo que ya pasamos a un segundo plano, hermosa —así es, ahora será imposible sacarlos de mi casa, todos querrán vivir, allí. —sí y de eso quería hablar, creo que lo mejor es que me mude contigo, son dos bebés, será difícil para ti estando sola y no quisiera dejar su cuidado a cargo de los empleados. —¡eso no sucederá Leandro! Te he permitido estar a mi lado como el padre de mis hijas, pero no vas a vivir bajo el mismo techo que yo porque no eres mi pareja. No pienses que se me ha olvidado todo lo que me hici
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