Capítulo 66. Una visita inesperada
Damián se halla prácticamente hiperventilando, una vez que se subió al avión privado de la familia Del Toro, supo que era una mala idea, pero ya lo había hablado incluso con su abuelo que lo felicitó por la iniciativa. En este momento sus manos sudan y transpira como cerdo a mitad del desierto.— ¡Calma, calma, calma! – se dice a sí mismo mientras la azafata se le insinúa de todas las formas posibles y él ni lo nota.— Si necesita algo no dude en llamarme Sr. Del Toro – sube la vista hacia la mujer “rubia” con cuerpo de infarto y casi pone los ojos en blanco entre la sudoración y el mal recuerdo de Gretta lastimando a Lea., niega frustrado.— Está bien, me voy entonces – la chica camina hacia la cabina de descanso abrigando la esperanza de que su jefe juguetee con ella como lo ha hecho en otras ocasiones.Pero Damián en este momento solo tiene cabeza ¡pero qué demonios! No tiene cabeza ni siquiera para preparar algún discurs
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