POV de CarmenCon cada nuevo día, me sentía más arraigada en mi papel dentro del grupo. La comunidad que había construido en torno a mí era un refugio, un espacio donde el dolor se transformaba en aprendizaje y en risas. Pero, como todo en la vida, también había desafíos que afrontar.Una mañana, durante uno de nuestros entrenamientos, noté que Ana estaba más callada de lo habitual. Mientras todos se reían y bromeaban, ella se mantenía apartada, con la mirada perdida en el horizonte. Su cambio de ánimo no pasó desapercibido, y sentí que era mi responsabilidad acercarme a ella.“Hey, Ana,” le dije, mientras nos tomábamos un descanso. “¿Estás bien? Te he visto un poco distante últimamente.”Ella levantó la vista, sorprendida por mi pregunta. “Solo… no sé, tengo muchas cosas en la cabeza,” respondió, con una voz suave.“Si quieres hablar, estoy aquí. Todos hemos pasado por momentos difíciles,” le ofrecí, recordando mis propias luchas.Ana dudó un momento, y luego asintió. “Es solo que a
Leer más