El tiempo siguió transcurriendo, las medidas que sugerí se aplicaron y al inicio todos estaban cautelosos pero mientras más días pasaban la gente empezó a sospechar que de hecho había sido algún tipo de ajuste de cuentas, algo de una sola vez pero a aun así siguieron usando las medidas preventivas, a pesar de todo a nadie se le escapo lo verdaderamente importante del asunto…nunca atrapamos al culpable. Seguí con mi rutina diaria sólo que esta vez acompañado, hice ejercicio, comía, miraba por las ventanas, jugaba a las cartas u otro juego de mesa y en la noche iba al consultorio con Angélica donde hacía lo que era verdaderamente importante para mí en ese momento, leer los libros del ocultista buscando cualquier cosa medianamente útil que debería intentar usar, ya había leído por completo el libro de hipnotismo y puse en marcha los aspectos mas sutiles del mismo con ayuda de Leo así que me enfoqué en el otro pero ese en efecto era una novela que relataba los viajes del hombre…no sabía
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