Todos los capítulos de Dulce Pecado: Tu amor es mi condena.: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capitulo 31. Salida del seminario.
Elijah decide dejar el seminario y poner fin a su vocación como sacerdote. Antes de hacerlo oficial, habla primero con el padre Tomás, antes de hacerlo formalmente con el resto de sus maestros. El padre Tomás se conmociona y trata de hacerle entrar en razón diciéndole que Zoé está manipulando su voluntad por culpa de un amor prohibido.—Padre Tomás, he tomado una decisión. He decidido dejar el seminario. Siento que mi vocación no está aquí, sino en otro lugar, fuera de estos muros.—Elijah, esto es muy repentino. ¿Estás seguro de lo que dices? Debes considerar profundamente tu vocación. ¿Es esto realmente lo que Dios quiere para ti?—Lo he pensado mucho, padre. No ha sido una decisión fácil, pero siento que mi corazón no está en el sacerdocio. Hay algo más allá para mí, algo que también puede formar parte del plan de Dios.—Esto tiene que ver con Zoé, ¿verdad? Elijah, debes entender que el amor humano, aunque poderoso, no debe desviarte del camino que Dios ha elegido para ti. ¿Estás s
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Capítulo 32. Sorpresa.
Mark, visiblemente agitado, se acerca a Linda, Nina y Solange, quienes estaban hablando tranquilamente en los alrededores de la universidad. Con una mezcla de sorpresa y urgencia en su voz, interrumpe la conversación.—¡Chicas, no van a creer lo que me acaban de decir! Elijah ha abandonado el seminario. Sí, así como lo oyen, lo ha dejado.Linda, sorprendida y confundida, tarda unos segundos en procesar la noticia.—¿Qué? ¿Cómo es posible? ¿Y por qué? ¿Alguien sabe algo más sobre esto?Nina, igualmente sorprendida, mira a las demás en busca de alguna explicación.—Pero, ¿qué le habrá pasado? Siempre parecía tan dedicado y apasionado por sus estudios. ¿Habló contigo, Mark? ¿Te dijo algo?Solange, quien había estado escuchando en silencio, finalmente habla:—Esto es totalmente inesperado. ¿El señor Lucas y la señora Zoé saben algo al respecto? No me imagino cómo se lo tomarán.Mark sacude la cabeza e indica que no tiene más información.—No, no he hablado directamente con Elijah. Me ente
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Capítulo 33. Miedo por el engaño.
En la amplia y silenciosa sala de la mansión, donde cada paso resonaba contra los muros adornados con antiguas pinturas, Elijah caminaba lentamente hacia donde su padre, Lucas, lo esperaba sentado. La tenue luz del atardecer se filtraba a través de las grandes ventanas, creando sombras que parecían danzar sobre los muebles. Elijah, con el corazón latiendo fuertemente en el pecho, se detuvo a unos pasos de distancia de su padre, incapaz de levantar la mirada hacia él.Lucas, un hombre de mediana edad con una mirada penetrante y una postura que imponía respeto, rompió el silencio:—Elijah, hijo, ¿por qué has decidido dejar el seminario? Siempre creí que era tu vocación, tu pasión.Elijah tragó saliva, buscando las palabras adecuadas.—Padre, he estado pensando mucho sobre mi camino, y he llegado a la conclusión de que tal vez el sacerdocio no sea mi verdadera vocación.Lucas frunció el ceño, preocupado, pero intentando mostrarse comprensivo.—¿Es solo una duda sobre tu vocación o hay al
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Capítulo 34. Examinando el error.
Lucas, ajustándose el cuello del pijama, mira a Zoé con una mezcla de preocupación y cansancio. Sabe que hablar del tema de Elijah es delicado y, aunque parte de él desea evitar la conversación, entiende la necesidad de enfrentarse a ella.—Elijah dejó el seminario. ¿Por qué? Bueno, tú sabes, ¿por qué lo hizo? —pregunta con cautela.—Al parecer, lo hizo por una mujer. Por los sentimientos que empezó a desarrollar hacia ella. Es un tema complicado y sé que no es fácil de manejar.Zoé, con la mirada baja, juega nerviosamente con el borde de su camisón. Aunque ya conoce la respuesta, escucharla en voz alta hace que se le acelere el corazón.—Pero, Lucas, ¿cómo podemos manejar esto? No es justo para él... ni para nosotros. Estoy... Estoy confundida—asiente esquivando sus verdaderos sentimientos.En este momento, ella se debate entre lo que siente y lo que tiene. En todo este lujo y comodidades que su marido le ofrece, se pregunta a sí misma: «¿Cómo puedo ponerlo en la balanza contra lo qu
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Capítulo 35. Encuentro familiar.
Ya es fin de semana y Elijah ha aceptado la invitación de su padre de ir al club para pasar el rato en familia, pero antes decide pasar por la iglesia del padre Tomás para contarle sus penas con Zoé, todavía sigue conmovido por su situación.—Buenas tardes, padre Tomás. Espero no interrumpir.—Buenas tardes, Elijah. No, para nada, siempre es un buen momento para escuchar. ¿Qué te trae por aquí?—Es sobre Zoé, padre. Todavía estoy tratando de entender cómo prefirió a mi padre antes que a nuestro amor. Me siento perdido.—Entiendo, hijo. El amor de familia es muy fuerte y a veces nos pone en situaciones difíciles. Pero recuerda que el amor verdadero también sabe esperar y comprender. Que Dios te dé la fortaleza para que encuentres un amor real, pero lejos de tu joven madrastra.—Sí, pero es difícil. Siento como si hubiera perdido una parte de mí. Amo a esa mujer y, al mismo tiempo, me odio a mí mismo —señala con preocupación.—Es normal sentirse así, tu situación es complicada. Pero, El
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Capítulo 36. Desenmascarado una traición.
Tiempo después, en la mansión, Zoé se ve atrapada en un torbellino de emociones y deseos prohibidos. Una noche, cuando todos duermen y los susurros de la noche parecen cómplices de sus secretos, decide arriesgarse. Espera pacientemente a que su esposo se quede dormido y, con pasos silenciosos, se desliza fuera de su dormitorio. Su corazón late con fuerza, consciente del peligro que corre, pero la atracción que siente por Elijah es demasiado fuerte como para ignorarla. Se asegura de que los pasillos estén vacíos, moviéndose con la cautela de quien conoce el riesgo de cada sombra.Sin embargo, lo que Zoé no sabe es que su madre había decidido quedarse a dormir en la mansión, bajo la excusa de que extrañaba a su hija. Desde la penumbra de su habitación, la madre percibe el sigiloso desplazamiento de Zoé hacia el dormitorio de Elijah. Un escalofrío de preocupación y desaprobación recorre su cuerpo al darse cuenta de hacia dónde se dirige su hija. La madre comprende de inmediato que los in
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Capítulo 37. Envueltos y atados.
Zoé no está dispuesta a perder la pasión y la complicidad que ha ganado con Elijah. En este momento, está en la granja con él, dejándose llevar por su prohibido amor.Con un profundo suspiro, lo mira con una mezcla de frustración y deseo, le dice:—No sé cómo manejar esto, Elijah. Mi madre... ella sabe sobre nosotros. Sobre lo nuestro.Elijah, tomando las manos de Zoé entre las suyas, la mira con una mirada intensa y pregunta sorprendido: —¿Cómo? ¿Cómo se enteró tu madre?—No lo sé. Pero ahora que lo sabe, siento que todo se complica aún más. No solo estamos desafiando las expectativas del destino, sino que también estamos lidiando con mi madre, que es... bueno, ya sabes cómo es.—Zoé, desde el principio sabíamos que esto no sería fácil. Pero lo que siento por ti... eso no cambia, no importa quién esté en contra.Ella sigue muy agitada con su situación y mira al suelo. Luego, levanta la vista hacia Elijah y dice:—Pero mi madre es capaz de...—Entonces lucharemos juntos. Juntos, tu ma
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Capítulo 38. Desconfianzas.
Zoé entra en la habitación de Grace con la intención de saludarla y ver cómo se encuentra después de la caída que sufrió el día anterior. Sin embargo, la conversación rápidamente se torna tensa y se convierte en una discusión, algo que parece ser habitual entre ellas. Durante la discusión, ambas partes elevan la voz y se dicen palabras hirientes. Grace, aprovechando su posición y buscando ejercer control sobre Zoé, le advierte de manera severa que no pretende irse de la mansión. Además, amenaza con revelar el secreto que Zoé comparte con Elijah.*****En el silencio tenso de la lujosa habitación, Grace se acerca lentamente a Zoé con la mirada fija y penetrante. Zoé, intentando mantener la compostura, desvía la mirada, consciente del poder que su madre ejerce ahora sobre ella.—Zoé, querida, creo que has olvidado la delicada posición en la que te encuentras. No solo está en juego tu futuro aquí—dice, haciendo una pausa dramática mientras se pasea por la habitación y toca con delicadeza
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Capítulo 39. Duro consuelo.
Zoé llega a la casa en silencio y, en lugar de entrar, se dirige a su rosal. Al verla cabizbaja y con apariencia llorosa, Salvador deja lo que está haciendo para brindarle el consuelo de un verdadero padre. Un secreto que Zoé todavía desconoce.—Zoé, ¿pasa algo? Te veo un poco... ¿Todo está bien?Zoé, intentando esconder su tristeza, le bosqueja una sonrisa forzada.—Ah, no es nada, solo un día pesado, eso es todo.—Un día pesado puede significar muchas cosas. Si quieres hablar, aquí estoy. A veces, compartir lo que pesa alivia un poco el corazón.—Es solo que... a veces siento que no encajo, como si me faltara algo. No sé, es raro.—Zoé, a veces la vida nos pone en situaciones que parecen no tener sentido, pero todas nuestras experiencias, buenas o malas, nos moldean. Y, en cuanto a sentir que algo falta, tal vez sea porque hay historias no contadas, historias que forman parte de ti.—¿Historias no contadas? ¿A qué te refieres?—Todos tenemos un pasado, historias que nos han llevado
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Capítulo 40. Nuevamente embarazada.
Al escuchar el ruido, el esposo de Zoé, preocupado, se apresura a salir de la cama y se dirige hacia el baño. Encuentra a Zoé, pálida y temblorosa, inclinada sobre el inodoro. Sin dudarlo, se acerca a ella, le sujeta el cabello y le da suaves palmaditas en la espalda, tratando de ofrecerle algo de consuelo en medio de su malestar.—¿Estás bien? ¿Quieres que llame a un médico? —pregunta con voz suave, lleno de preocupación.Zoé, aún recuperándose, niega con la cabeza, intentando hablar entre susurros.—No, no creo que sea necesario. Tal vez fue algo que comí.Su marido no está completamente convencido, pero la respeta.—Está bien, pero si no te encuentras mejor pronto, deberíamos ir al médico. No quiero que te pase nada malo.Después de unos minutos, cuando Zoé se siente un poco mejor, él la ayuda a levantarse y la acompaña de vuelta a la cama, asegurándose de que esté cómoda y cubierta. Antes de volver a su lado de la cama, va a la cocina por un vaso de agua y algo de medicina para el
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