El sirviente, al recibir la orden, se fue rápidamente.Gabriela inicialmente estaba furiosa porque Mateo estaba protegiendo a Mariana, pero al escuchar que el anciano la buscaba, su corazón dio un vuelco total. Siempre había sido poco apreciada por el anciano, y si él la llamaba, no podía esperar nada bueno.Sin embargo, en los Ramírez, el anciano era como un dios; ¿cómo se atrevía a no ir? Temblando de miedo, ella llegó apresurada al estudio del anciano. Con mucho cuidado, le preguntó:—Señor, ¿me llamó por algo?Ezequiel hizo un ligero gesto para que los sirvientes se fueran y, cuando quedaron solos, comenzó a hablar:—Te llamé para decirte una cosa. ¿Conoces a Jerónimo Ortiz? Mariana es su nieta.Estas simples palabras, al oído de Gabriela, se convirtieron en una bomba de un fuerte impacto.—Señor, ¿no me está engañando? Si ella es su nieta, ¿entonces Mariana es la señorita de la familia Ortiz?—¿Qué motivo tendría para engañarte? Ahora te digo, Mariana es infinitamente mejor que Vi
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