—Mariana, no, no… hija, mira escúchame. Yo realmente quería a tu madre. Si no hubiera sido porque se enamoró de otro hombre, quedando embarazada de un bastardo y queriendo huir con él, yo nunca la habría dejado. Y, además, ¡fue Antonia quien me sedujo! Las fotos de tu madre con ese hombre también las tomó ella. Tienes que creerme, siempre fui muy sincero con ella y contigo.Después de recibir la inesperada llamada, Rafael ya no tenía fuerzas suficientes y se arrastraba para intentar agarrar el tobillo de Mariana. Mariana, disgustada, se apartó de inmediato. Mientras Antonia se lanzó furiosa hacia él, gritándole y golpeándolo:—¡Eres un verdadero bastardo! ¿Ahora todo es culpa mía? ¿Verdad? ¡No te olvides de que fuiste tú quien se metió en mi cama de manera voluntaria! ¡Te voy a eliminar, infiel!—¡Cállate! Si no fuera por ti, que me incitaste al conflicto, ¿cómo habría empeorado mi relación con Nieves? ¡Eres una miserable perra!Los dos comenzaron a golpearse frenéticamente, jalándose
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