Cuando Mariana se fue, los paparazzi que la seguían revelaron todo. En un abrir y cerrar de ojos, la noticia de que Mariana era la misteriosa princesa de la familia Ortiz se difundió como pólvora por todas partes. La mujer que originalmente había sido acusada de arrebatarle el prometido a su hermana, de echar a su propio padre de la casa, y que recientemente había sido revelada como la famosa diosa de las carreras, amada y odiada por muchos, de repente se transformó de forma casual en la misteriosa heredera de la familia Ortiz.Con el respaldo absoluto de la poderosa familia Ortiz y un patrimonio de cientos de millones, Mariana resultaba ser la pareja perfecta para Mateo, el heredero de la influyente familia Ramírez. Eran vistos como una pareja ideal, unos verdaderos "príncipe y princesa" de la alta sociedad. Especialmente ahora que Mariana ya había firmado un contrato que le otorgaba acciones de los Ramírez, lo que significaba que ahora controlaba el poder económico de las dos famil
Del otro lado de la línea, Quiles soltó una suave risita.—¿Por qué asumes que te llamé para convencerte? Su tono ligeramente elevado parecía negar con sutileza la suposición de Mariana.—Eres el hermano de Mateo, por lo tanto, es normal que me llamaras para convencerme —respondió Mariana, respirando muy profundo antes de continuar:—Quiles, no culpo a nadie por lo que ha pasado entre Mateo y yo. Estás en el extranjero, así que no lo sabes, pero últimamente hemos estado peleando mucho...Recordó cómo, en la víspera de año nuevo, Mateo había preparado un fabuloso espectáculo de fuegos artificiales para Viviana. Mariana fue a buscarlo a medianoche, pero incluso cuando se vio obligada a mencionar el divorcio, no logró despertar ni un poco de simpatía de parte de él. Después, él protegió a Viviana cuando intentó suicidarse, le proporcionó recursos e incluso la dejó vivir en su casa. Con el tiempo, Mariana acumuló demasiada desilusión, hasta que ya no le quedó ni una sola pizca de esperan
Sin embargo, justo cuando ella colgó el teléfono, escuchó el timbre de la puerta.—¿Quién es?Ella estaba en una suite presidencial, y había dejado muy en claro que no quería ser molestada. ¿Acaso el personal del hotel no entendió con claridad sus instrucciones? ¿Y los guardaespaldas afuera?—Hola, servicio a la habitación.A través de la puerta, la voz del otro lado sonaba algo apagada, difícil de identificar. Mariana frunció el ceño, impaciente, y abrió la puerta.—No les dije que no me molesten?Antes de que pudiera terminar de hablar, vio una cara hermosa y traviesa sonriendo graciosamente en la entrada. No había ningún empleado del hotel. Afuera solo estaban Valentina, con una sonrisa maliciosa, y un guardaespaldas pálido que parecía estar muy asustado.Valentina llevaba una minifalda roja y un top bastante ajustado, seductoras medias negras y tacones altísimos. Su maquillaje era un fuerte ahumado, con una apariencia demasiado atrevida que la hacía parecer una joven de club noctur
Al escuchar la palmada de Valentina, los guardaespaldas trajeron un set completo de productos de cuidado de la piel, maquillaje y un conjunto de ropa extremadamente atrevido. Mariana asombrada torció la comisura de los labios. ¡Esta mujer… realmente vino preparada con todo! Pero ya que lo había dicho, ¿cómo podría acaso Valentina darle la oportunidad de retractarse?Pronto, después de que Mariana se maquilló con un seductor maquillaje ahumado, bajo la fuerza de Valentina, llegaron al club nocturno más grande del sur: Club Lirio.Luces estroboscópicas iluminaban el lugar, y la música a todo volumen hacía que las personas en la pista de baile se movieran al ritmo de las vibraciones. Entre la multitud de hombres y mujeres, sobresalía un hombre alto, vestido con pantalón negro y una camisa blanca de alta calidad, destacaba. Aunque su estilo parecía estar fuera de lugar, él era el que mejor se movía, era el más llamativo en medio de todos los que bailaban.Mientras tanto, en la barra, Vivi
Cuando el camarero regresó con las bebidas, Viviana vio su oportunidad y se acercó rápidamente, haciendo un movimiento muy sutil frente a él. Un destello de triunfo cruzó su mirada hacia Mariana. —Mariana, ¿te crees invencible? ¿Verdad? Esta noche, ¡te voy a arruinar!En su reservado, Mariana recibió su bebida. Era un atractivo color azul intenso, con hielo que desprendía una sutil frescura y un ligero aroma a tequila. Satisfecha con la bebida, esbozó una sonrisa. Mañana es azul, ¿no? ¡Esta era justo la bebida que quería!Tomó un pequeño sorbo, degustando con agrado el sabor. El impacto del licor era muy fuerte, y Mariana sabía que, como mucho, podría beberse solo media copa antes de emborracharse por completo. Controlando el fuerte deseo de beberla de un solo trago, se dirigió apresurada a la pista de baile con Valentina cuando cambiaron la música. La nueva música tenía un ritmo muy rápido y, pegajoso Valentina, siguiendo el compás, pronto se quedó sin aliento. En el rabillo del ojo
Mariana luchó con todas sus fuerzas, pateando con sus piernas en el aire, pero sus esfuerzos fueron inútiles. El hombre que la sostenía solo la apretó más fuerte contra su cuerpo. De repente, sintió un fuerte dolor en la oreja, y la cálida y susurrante voz de su captor llegó a sus oídos: —Mariana, si sigues moviéndote, no me culpes por lo que pueda pasar…Mariana se estremeció al instante. Ya se había maquillado de esta forma tan espantosa, y esa persona aún podía reconocerla. ¡Definitivamente no era alguien común! El dolor en su oreja la despertó a regañadientes. ¿Quién era este hombre? ¡Necesitaba en ese momento saberlo!En medio de su mareo, escuchó el sonido de una puerta abriéndose. Aprovechando la tenue luz del pasillo, trató de ver el rostro de su captor. Sus rasgos tan delicados... ¿por qué le parecían tan familiares, casi como los de Mateo? No podía ser posible que, justo en la noche que decidió salir a divertirse en el club con Valentina, se encontrara precisamente con Mate
Él quería que Mariana supiera quién era realmente la persona que estaba frente a ella.—¿Mateo, eres un verdadero animal?Mariana cerró la ducha con los dientes apretados y tiritando de frío, apoyándose en el borde de la bañera, se puso de pie bajo la atenta mirada de Mateo.—No, ¡eres un demonio! ¡Un demonio de pies a cabeza! ¿No te dijo mi tío que mañana me divorcio de ti? ¿Entonces qué haces aquí? ¿Es que ahora está de moda el ˝sexo de despedida˝ y tú, el gran señor Ramírez, también quieres seguir la tendencia y tener uno?Cada dura palabra de Mariana fue como una feroz daga, sin darle a Mateo siquiera la oportunidad de responder. Pero justo cuando su cuerpo salió del agua fría, comenzó a sentir algo muy extraño.¡Qué calor! Un calor abrasador que sentía desde lo más profundo de su ser, como si la estuvieran asando lentamente sobre un fuego. ¿Qué le estaba pasando? Intentó soportar esa terrible tan sensación ardiente que la consumía por dentro, cuando de repente sintió algo muy fres
Sin darle a Mariana la oportunidad de reaccionar, Mateo la agarró del brazo, la levantó por la cintura y la arrojó directamente a la cama.Aunque todo sucedió en menos de un minuto, para Mariana fue toda una eternidad llena de sufrimiento. Su cuerpo ya estaba al borde del colapso, y el contacto con Mateo solo empeoraba aún más las cosas. La sensación fresca de él, a través de las dos capas de ropa delgada, se transmitía constantemente a su cuerpo. Esa sensación era como un ansiado alivio en medio de la fuerte sequía, tan placentera que no podía evitar suspirar. Pero, ¿cómo podía ella ceder ante este canalla del Mateo?Lo que ella no sabía era que Mateo tampoco lo estaba pasando bien. La sensación de ardor en su cuerpo lo tenía con la boca seca. Además, la causante de todo esto estaba justo en la cama, gimiendo de manera provocadora y empujándolo débilmente de manera continua.Respiró muy hondo, intentando controlar los pensamientos oscuros que lo invadían en su ser. Cuando sus ojos se