Cuando Valeria caminó por el pasillo, miró a su alrededor para ver si Thomas estaba cerca. Le sangraba el cuello. En la sala de espera, vio a su hijo Zein con la cabeza gacha. Cuando pensó que podía darse la vuelta porque pensaba que su hijo no la había visto, escuchó su voz.—¿Madre?—¡Oh, Zein!— Expresó nuevamente, dándose la vuelta.—Madre, ¿dónde has estado? Pensé que querías ver a mi hijo. Patricia está con él ahora.—Oh, por supuesto que quiero verlo—. Valeria puso una sonrisa falsa.—Madre, ¿estás bien? Ya veo que no estás… ¡Oh! ¡Diosa mía! Los ojos de Zein se abrieron cuando vio sangre en el cuello de su madre. —¡¿Lo que le pasó?! Mamá, ¿estás bien? ¿Cómo te pasó esto?—No es nada, Zein.—No, déjame ver. Estás sangrando.—No es nada, Zein.—Madre, por favor.—¡Qué!De repente alguien aclarándose la garganta llamó su atención. Zein miró a Patricia con dolor en los ojos mientras Valeria le dirigía una mirada asesina. No había tenido tiempo de enfrentarla y reclamarle lo que Patr
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