Ella era solo una mujer de 25 años que estaba aprendiendo a adaptarse al nuevo mundo de los negocios, estaba feliz, tenía muchas ganas de aprender todo y cualquier cosa que el mundo tuviera para ofrecerle. Era una hija amada, su madre y su padre siempre le decían lo mucho que la amaban, no había un solo día que no hubiera escuchado lo orgullosos que estaban sus padres de tenerla en sus vidas, hasta la muerte de su madre. Era cierto que Erika se sintió deprimida por mucho tiempo, pero gracias al apoyo de su padre pudo continuar y ser la niña feliz que siempre fue. Todo en su vida era perfecto, había miles de hombres que intentaban tener una relación sana, pero Erika siempre decía lo mismo: no estaba preparada, había más cosas que necesitaban de su atención. Quizás algún día iba a darse una oportunidad, pero en ese momento no podía ser posible. Y como siempre, los hombres huyeron.Pero un día todo cambió en su vida con un solo viaje que tuvo que realizar. En un viaje a Los Ángeles, cono
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