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Todos los capítulos de Esposo prohibido : Capítulo 81 - Capítulo 90
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El mariachi
Enseguida tomé el teléfono para llamar a Patricia, tenía el pálpito de que a través de ella podía dar con el paradero de Leonardo. —¿Patricia? ¡Hola! Soy yo, Ana Paula. ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —¡Ana Paula! Pero qué sorpresa, la verdad es que no esperaba tu llamada. Bueno yo estoy dentro de todo más tranquila. Pero cuéntame ¿Y tú cómo estás? —Bueno la verdad es que después de tantas cosas que me han pasado los últimos días, creo que me siento un poco aturdida todavía. La muerte de Abril fue un duro golpe que terminó de partir mi corazón en dos. —Sí, de verdad que lo siento mucho, desafortunadamente ese fue el final que ella misma se buscó. Pero me imagino que no llamaste para hablar de tu hermana Abril, ¿Acaso sucede algo? —Sí, la verdad es que hoy me sucedió algo que no me lo esperaba y de alguna manera sé que cuando te enteres de qué se trata te va a sorprender.—Ya me has puesto ansiosa por saber. ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Tiene algo que ver con Luis José? —¡No!
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Y fueron felices
Patricia había llegado al restaurante donde trabajaba Leonardo, estaba muy nerviosa ya que el tener que verlo de nuevo frente a frente, significaba para ella tener que lidiar con el recuerdo de Guillermo. Era realmente impresionante el parecido tan grande que tenían los dos, y en el fondo tenía miedo de que sin darse cuenta terminara mezclando sentimientos por ese gran parecido. Se sentó a una mesa y enseguida el mesero se acercó a ella mientras le ofrecía la carta con el menú.—Buenas tardes señorita, ¿Desea ordenar?—La verdad es que estoy buscando al chef, el señor Leonardo Boss. —¡Claro enseguida le llamo! ¿Me podría decir su nombre por favor?—Sí, dígale que lo busca Patricia Palermo. —Muy bien, enseguida regreso. Patricia miraba de un lado a otro, sentía que no estaba segura de si estaba haciendo bien o no, pero de igual forma debía notificarle a Leonardo lo de la herencia. Tomaba un poco de agua, luego respiraba profundo y trataba de controlar sus manos temblorosas,
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Epílogo Primera parte
Años después…— Ana Beatriz, Frida Sofía y Ana Luisana, ya es hora de que vayan a lavarse las manos para merendar. Han pasado todo el día jugando en la piscina y se van a insolar. — ¡Ay mami! Déjanos un ratito más, es que estamos aburridas y queremos seguir jugando. — Niñas, deben hacerle caso a mamá, llevar tanto sol después les puede hacer daño en la piel, así que vamos rápido a lavarse las manos y luego se sientan a la mesa que dentro de unos minutos vamos a comer. — les dijo luis José, el cual acababa de llegar exahusto con todos los preparativos de su nueva clínica en Cancún. — Gracias cariño, estas niñas cada vez me sacan más canas verdes. ¿Y cómo va la nueva clínica? — Está todo muy bien, ya contratamos al nuevo personal, terminé de pintar mi consultorio y todo está quedando a pedir de boca. Pero ven y dame un beso mira que he pasado todo el día trabajando y solo con tus besos puedo sentir alivio. — Ahora soy yo tu salvadora pero no desconocida jaja
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Epílogo segunda parte
—¿Ya te vas cariño tan pronto? —Sí mi amor, tengo varios pacientes citados para hoy. —Pero ni siquiera has tocado el desayuno. —No te preocupes cariño, comeré algo ligero en la clínica.—¿Pero al menos te espero para cenar? —Sí, por supuesto que sí. Te amo. Luis José me dio un beso en los labios y se fue a toda prisa. Desde que había abierto la clínica, el trabajo con los pacientes había aumentado en gran medida. Casi no teníamos tiempo de hablar en la noche, cuando llegaba a casa estaba tan exhausto que solo cenaba y se iba a la cama hasta el día siguiente.Pero a pesar de todo el ajetreo normal de su trabajo, nuestro hogar se mantenía intacto. —Lola por favor lleva a las niñas a lavarse los dientes, mientras tanto voy a ver qué pasa con papá que no ha salido de su habitación a desayunar. —Sí señora Ana Paula como usted diga. Vamos niñas a cepillarse los dientes. Mi día todos los días era realmente muy ajetreado, a pesar de no trabajar fuera de casa, el cuidar de l
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Epílogo tercera parte
Después de haber hablado con Patricia, me sentía un poco mejor, por supuesto el dolor de la ausencia de mi padre lo llevaba muy dentro de mi corazón, pero estaba segura de que él, desde cualquier parte del cielo, quería verme feliz. Patricia se encargó de llevarse a las niñas, ella era como su tía y además mis hijas disfrutaban muchísimo cada vez que se reunían con los gemelos. Así que me sentía tranquila sabiendo que se encontraban en las mejores manos.Busqué en mi clóset un vestido que no me había estrenado aún ya que estaba esperando llegar a mi peso ideal. Luis José ni siquiera lo había visto, y para ser muy sincera me quedaba estupendo, me hacía resaltar mi figura de una manera increíble.Lo combiné con una sandalias descubiertas con un tacón muy alto que me hacía ver aún más esbelta y sensual. Me coloqué un maquillaje muy natural pero al mismo tiempo que me hiciera resaltar las facciones de mi rostro, y me solté el cabello. Cuando terminé de arreglarme y me miré al espejo, m
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Feliz
Habíamos hecho el amor como nunca, fue verdaderamente excitante el seducir a mi marido en su lugar de trabajo. El escritorio había quedado vuelto un desorden, se habían caído algunas carpetas al piso y todo estaba fuera de lugar. — Mi amor mira como hemos puesto todo el consultorio, esto parece un verdadero tiradero. Solo espero que no entre nadie y encuentre este desorden. — Pero no me vas a decir que no valió la pena hacerlo. ¿Acaso no te gustó que viniera a seducirte y que terminaras rendido ante mis encantos sin poder resistirte a hacerme el amor? Luis José me abrazó y me besó en la boca nuevamente, luego me miró y me dijo: — Muy bien señora Simanca, ahora quiero que me explique cómo es eso de que vino a raptarme. — Pues solo quiero que vengas conmigo sin hacer ningún tipo de preguntas, quiero que confíes en mí y que te dejes llevar por esta nueva aventura que está por ocurrir dentro de unos minutos. — Mi cielo, pero no puedo irme así sin antes avisar aq
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Muchos años después
Años después…..—Ha sido una verdadera tragedia, aún no puedo creerlo la verdad es que estoy devastada. Patricia era mi mejor amiga, logramos conectarnos como hermanas y estaba tan feliz con Leonardo y sus gemelos. —Ana Paula cariño, pero debes tratar de descansar, no has dormido nada en toda la noche. Además no has probado bocado. —Luis José entiéndeme, no puedo asimilar lo que acaba de ocurrir, Leonardo está devastado, no podemos dejarlo solo en estos momentos tan difíciles. El perder a su esposa y Asus hijos en ese accidente es lo peor que le pudo pasar. —Sí lo sé, me moriría si a nuestro hijos les llegara a pasar algo, la verdad es que todo esto me tiene muy aturdido. Había ocurrido una gran tragedia, Patricia había perdido la vida junto a sus gemelos en un accidente automovilístico cuando iba a llevar a sus hijos a un campamento a las afueras de la ciudad. Por su parte Leonardo se sentía culpable ya que él se había comprometido en llevarlos, pero tenía mucho trabajo en e
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En medio del delirio
Ana Paula quedó impactada cuando vio en el estado que se encontraba la habitación, Leonardo en medio de una fuerte depresión había destruido todo lo que encontraba a su paso, había varias botellas vacías de licor que había ingerido en todos estos días tratando de evadir la dolorosa realidad. Se acercó a él llena de temor ya que no sabía si se encontraba con vida, el aspecto que tenía era realmente aterrador, sin embargo, cuando lo tocó en su cuello se dio cuenta de que tenía pulso así que inmediatamente comenzó a llamarlo mientras le daba unas palmadas en su rostro tratando de que este despertara:—¡Leonardo por favor despierta! ¡Leonardo soy yo Ana Paula! Por Dios tienes que despertar no puedes quedarte en ese estado. Leonardo con mucha dificultad logró abrir los ojos y cuando vio a Ana Paula en medio de su ebriedad le dijo: —¿Patricia eres tú? Patricia mi amor has regresado. —Leo por favor reacciona, soy yo Ana Paula, necesito que por favor despiertes y estés consciente, por
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El regalo de cumpleaños
Días después….—Me alegro tanto de que ya te sientas un poco mejor, sé que el dolor lo llevas por dentro pero de cualquier manera has sabido seguir adelante y estoy segura de que Patricia y los gemelos donde quiera que estén, deben estar contentos de que no te hayas dejado vencer por el dolor. —Pero eso en parte te lo agradezco a ti Ana Paula, creo que si tú no hubieras estado a mi lado no hubiera podido salir de la depresión y de la bebida. ¡Me has salvado!Le dijo mientras colocaba su manos sobre la de Ana Paula, pero ella enseguida se sintió un poco incómoda y la quitó con disimulo, ya que se estaba dando cuenta de que Leonardo la trataba de una forma muy distinta a como lo hacía antes. —Bueno, ya terminé de archivar todas las carpetas de los proveedores, ya puedes estar tranquilo porque todos los pagos están al día. —Bueno eso merece un brindis para agradecerte todo lo que has hecho por mi y por el hotel. —No Leo, la verdad es que ya me tengo que ir, hoy es el cumpleaño
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Una gran decepción
Ana Paula estaba a punto de abrir la puerta, estaba feliz, y hasta sentía la misma emoción que aquella primera vez en la que hicieron el amor en Cancún.Cuando abrió la puerta su expresión se transformó por completo, la sonrisa de su rostro se desvaneció, no podía creer lo que tenía enfrente de ella. Luis José enseguida se separó de Marisol mientras esta tapaba sus pechos, Ana Paula solo exclamó: —¿Pero qué significa esto? ¡No puedo creer que hayas sido capaz de hacerme algo así! —Ana Paula cariño no es lo que estás pensando yo…—¡No seas cínico! ¿Cómo te atreves a decirme que no es lo que estoy pensando? ¿Y qué se supone que estás haciendo con esta zorra encuerada? ¡Ah ya sé, le estás haciendo un estudio de anatomía. Perdón por interrumpirte en tu trabajo. Marisol solo trataba de recoger el vestido del piso para poder vestirse, mientras Luis José permanecía de pie detrás del escritorio tratando de tapar sus encantos con una carpeta que tomó rápidamente. —Ana Paula, yo…yo
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