Clarence la apartó un poco y comenzó a explicarle. - Tengo un amigo que vive con su padre. Ya es un señor algo mayor, no tiene grandes problemas de salud, pero a veces no toma su medicación o come cosas que sabe le hacen mal. Hace rato que está buscando a alguien que se ocupe de vigilarlo. No sé si necesites trabajar, pero la oferta viene con vivienda incluida. Él trabaja mucho y a veces viaja, no quiere dejarlo sin supervisión. Le dije que aún no eres enfermera, pero no es un requisito. Tal vez hasta que consigas un nuevo lugar, te puede servir. Además, no tendrás problemas con tus estudios, podrás disponer del tiempo necesario… No lo sé… Piénsalo - - Muchas gracias, Profesora… Le pensaré y le avisaré mañana. No sabe cuánto se lo agradezco - - Para nada, niña. Es una familia muy amorosa y ambos son unos caballeros, sé que no tendrás problemas. Si te decides, avísame y volveré a llamarlo - - ¡Gracias! - Entre sus problemas, Adele tuvo una dulce sensación, gracias a su profesora.
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