96. Lo que un sí significa
Andrea se sintió diminuta ante la penetrante mirada de Angélica Herrera, y temió que por ese desliz fuera de la casa, en lugar de avanzar, la hiciera retroceder ante ambas familias. Sus dedos buscaron los de Javier, pero él parecía ajeno a su tormento, porque la soltó para llegar hasta Alexander, quien estaba a un extremo del salón, debido al espacio que ocupaba su silla especial.Ambos intercambiaron unas palabras, dejándola a la deriva bajo el escrutinio general, y los vio sonriendo cómplices, mientras Javier tomaba una pequeña caja blanca del interior del saco de su hermano mayor y el corazón de Andrea dio un vuelco al encajar las piezas en su mente.La mirada de ambos se cruzó mientras Javier iba hacia ella, serio, con mil dudas reflejadas en su rostro. La sujetó de la cintura, sin acercarse demasiado, y le preguntó en voz alta, frente a todos: —Sé que esta noche ha estado llena de altibajos y momentos… inesperados.Una risa nerviosa escapó de los labios de Andrea, recordando el
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